Diversas organizaciones de Baleares consideran que un documento pactado a nivel europeo para la futura estrategia turística no aborda los problemas centrales que afectan al archipiélago.
El pasado jueves, el Comité Europeo de las Regiones aprobó por unanimidad un documento sobre turismo y sostenibilidad. Su impulso procedió en gran medida de Baleares —la presidenta Prohens estuvo presente—.
Los colectivos locales alegan que el texto no reconoce que el volumen actual de visitantes es incompatible con los límites territoriales, y que omite confrontar el problema de la saturación turística y la necesidad de una reducción real de la actividad en las islas.
Uno de los grupos que emitió un comunicado el sábado fue Menys Turisme Més Vida, impulsor de diversas protestas turísticas en Mallorca.
Aunque valoran que el texto reconozca ciertos impactos —presión medioambiental, masificación, degradación del patrimonio cultural, pérdida de identidad, dificultades para acceder a la vivienda y estrés hídrico—, critican su falta de conclusiones claras o de propuestas estructurales.
En su opinión, el informe prioriza medidas como la digitalización, la gestión “inteligente”, la diversificación de mercados y la lucha contra la estacionalidad, las cuales no reducen la masificación y podrían incluso intensificarla.