Bernd Debusmann Jr, en la Casa Blanca
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A diferencia de los expresidentes, los exvicepresidentes no tienen garantizada protección de por vida.
El presidente Donald Trump ha cancelado el servicio de seguridad del Servicio Secreto a la exvicepresidenta Kamala Harris, solo siete meses después de que ella dejara el cargo tras su fallida campaña presidencial.
Por ley, el Servicio Secreto de EE.UU. brinda protección a los exvicepresidentes y sus familias por seis meses después de que termina su mandato.
Sin embargo, ese plazo puede extenderse, algo que al parecer hizo el expresidente Joe Biden antes de dejar la oficina Oval.
Esta decisión ya generó controversia. Tanto el gobernador de California, Gavin Newsom, como la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijeron que está motivada políticamente.
Esto es lo que sabemos.
¿Por qué Biden extendió su seguridad?
Hasta ahora, ni Biden ni Harris han comentado sobre las razones para extender su seguridad más allá de los seis meses obligatorios. CNN informó que Biden la extendió por un año con una directiva no revelada antes de irse.
Desde una perspectiva legal, Biden tenía derecho a hacerlo.
Según una ley promulgada en 2008, el Servicio Secreto puede dar protección a exvicepresidentes, sus cónyuges e hijos menores de 16 años después de dejar el cargo.
Aunque la ley dice que la protección no debe extenderse más de seis meses, el secretario de seguridad nacional tiene la autoridad para ordenar “protección temporal” en situaciones donde “la información o las condiciones justifiquen dicha protección”.
Ronald Kessler, un autor experto en el Servicio Secreto, dijo a la BBC que “si dejas de lado las implicaciones políticas, es solo una práctica estándar”.
¿Enfrenta Harris riesgos mayores?
Fuentes familiarizadas con la situación le dijeron a CBS, el socio de noticias de la BBC en EE.UU., que una evaluación reciente de amenazas no encontró nada alarmante que justifique extender las medidas de seguridad de Harris.
Pero algunos en el equipo de Harris temían que, como la primera mujer y persona de color en ser vicepresidenta y candidata en una elección tan polarizada, ella enfrentara amenazas adicionales.
Varias amenazas contra Harris se hicieron públicas durante su tiempo en el cargo y como candidata presidencial en 2024.
Por ejemplo, varios hombres fueron arrestados y acusados por hacer amenazas en línea contra ella en 2024. Y en 2021, una mujer de Florida se declaró culpable de amenazarla y admitió que envió videos a su esposo en prisión donde mostraba armas de fuego y decía que un “atentado” podía ocurrir en 50 días.
En marzo, después de que Harris dejó el cargo, un hombre de Florida también fue arrestado por amenazar con matarla con un rifle de francotirador.
Sin embargo, el Sr. Kessler dijo que, comparada con otros políticos, Harris “no ha causado tanto revuelo, por lo que puedo ver”.
“Creo que es un buen criterio por parte del Servicio Secreto”, añadió.
La eliminación de su seguridad llega solo semanas antes de que comience una gira por varias ciudades para promover su libro, ‘107 Días’, sobre su breve y fallida campaña presidencial.
Según el Sr. Kessler, esa operación sobrecargaría aún más a un Servicio Secreto que ya está desbordado y con falta de personal. En septiembre, la agencia también es responsable de los dignatarios internacionales y VIPs en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
“Eso requeriría quizás una docena de vehículos del Servicio Secreto por todo el país para seguirla en su gran gira”, añadió. “Eso es una gran carga para el servicio”.
¿Qué elementos de seguridad le quitarán?
La protección del Servicio Secreto va mucho más allá de los agentes que conducen y protegen a la persona y su familia inmediata.
Además, el Servicio Secreto se encarga de asegurar residencias, como la de Harris en Los Ángeles, incluyendo la instalación de sistemas de seguridad y alarmas. Los agentes identifican y monitorean potenciales amenazas de forma preventiva, incluyendo las enviadas electrónicamente o por redes sociales.
No está claro cuánto cuestan esas protecciones, y el Servicio Secreto no ha publicado esa cifra.
La seguridad privada para celebridades, VIPs y líderes empresariales puede fácilmente costar millones de dólares al año, dependiendo del nivel de amenazas y protección requerido.
Meta, por ejemplo, aparentemente pagó más de $23 millones (£17m) por la seguridad personal de Mark Zuckerberg en 2023, incluyendo $9.4 millones en costos directos de seguridad.
¿Es esto una represalia política de Trump?
Después de que se anunció la remoción de la seguridad de Harris, algunos de sus aliados y detractores políticos de Trump inmediatamente calificaron la medida como políticamente motivada por el presidente.
Trump ya removió la protección del Servicio Secreto de antiguos aliados y rivales, incluidos Hunter y Ashley Biden, hijos del expresidente; y Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Varios exfuncionarios y aliados de Trump también tuvieron sus protecciones revocadas, incluyendo al exsecretario de Estado Mike Pompeo y John Bolton, un exasesor de seguridad nacional que se volvió un crítico vocal.
“La seguridad de nuestros funcionarios públicos nunca debería estar sujeta a impulsos políticos erráticos y vindicativos”, dijo Bob Salladay, portavoz del gobernador de California, Gavin Newsom, a CNN.
El Sr. Kessler dijo que el Servicio Secreto, “severamente escaso de personal”, probablemente está reenfocando sus esfuerzos en amenazas más inmediatas, como las que enfrentan Trump y los miembros de su administración.
“El presidente Trump quizás estaba contento de hacer esto”, dijo. “Pero hay razones prácticas y sólidas reales”.
Se cree que solo otro exvicepresidente, Dick Cheney, tuvo la protección del Servicio Secreto extendida después de dejar el cargo, por el entonces presidente Barack Obama.
¿Las reglas son diferentes para expresidentes?
A diferencia de los exvicepresidentes, aquellos que sirvieron como presidente tienen seguridad de por vida, a menos que elijan no tenerla.
En 1994 – para ahorrar costos – el Congreso movió para limitar la protección a expresidentes y sus cónyuges a 10 años después de dejar el cargo.
Pero en 2013, el presidente Obama firmó una ley que volvió a ordenar la protección vitalicia. Hoy, esto aplica a George W. Bush, Bill Clinton, Obama y Biden.
Solo se sabe de un presidente, Richard Nixon, que eligió renunciar a la seguridad ofrecida, en 1985.
En ese momento, miembros de su equipo le dijeron al New York Times que lo hizo para ahorrarle dinero a la agencia.