Por Olivier Acuña Barba •
Publicado: 12 jul 2025 • 21:33
• 3 minutos de lectura
Los inmigrantes pagan impuestos y consumen, impulsando la economía y fortaleciendo el sistema de pensiones | Crédito: BearFotos/Shutterstock
Mientras algunos medios y discursos políticos pintan la migración como una amenaza o “avalancha”, los datos muestran lo contrario: España no sufre una invasión, sino una interdependencia funcional con países del Sur Global.
Lo que se presenta como un problema es, en realidad, una necesidad estructural, sostiene Paula Costa Correa, investigadora de la Universidad de Navarra especializada en Inmigración y Derecho Penal.
En un artículo publicado en The Conversation, Costa señaló que el país necesita población migrante para sostener su pirámide demográfica, economía y sistema de bienestar. Un informe de Statista revela que la población extranjera en España alcanzó 8.8 millones en 2024, con más de un millón de marroquíes. Según el INE, la población total era de 48.7 millones al 1 de abril de 2024.
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Reconocer los beneficios de la inmigración
El gobierno español ha admitido los beneficios de los inmigrantes. “La inmigración extranjera ha sido clave en la transformación económica y social del país”, afirmó el Ministerio de Inclusión y Migraciones en un informe.
España enfrenta una crisis demográfica por el envejecimiento poblacional y baja natalidad. Según el Banco de España, necesitará 24 millones de inmigrantes para 2053 para mantener la ratio trabajador-pensionista actual.
“Con 14.8 millones de pensionistas proyectados por el INE frente a 18 millones de trabajadores nacionales y 12 millones extranjeros, la tasa de dependencia (actualmente del 26%) está en riesgo”, advirtió el banco. Para sostenerla, la población activa extranjera debería triplicarse a 37 millones, requiriendo 800 mil nuevos empleos anuales.
“Los inmigrantes son vitales para compensar la escasez laboral causada por el envejecimiento y el declive demográfico nativo, garantizando el crecimiento económico y la sostenibilidad de pensiones, sanidad y servicios públicos”, añadió.
Fortalecimiento del sistema de pensiones
Esta simbiosis migratoria no es metafórica: es una realidad demográfica. Desde 1950, la población mundial se triplicó. En regiones como África subsahariana y Asia del Sur, el crecimiento sostenido presiona recursos y empleo, mientras Europa y Norteamérica enfrentan envejecimiento, baja fertilidad y declive laboral.
En España, la tasa de fertilidad lleva años por debajo de 1.3 hijos por mujer, lejos del reemplazo generacional (2.1). Sin flujos migratorios constantes, el país perdería millones de habitantes en décadas, afectando impuestos, pensiones y empleo.
“Ni la natalidad basta ni la migración es excesiva”, afirma Paula. ¿Puede la natalidad compensar el déficit demográfico? No. Tres escenarios pronatalistas muestran limitaciones estructurales; solo la migración alivia el problema con efecto inmediato.
La llegada de jóvenes en edad laboral ha equilibrado la ratio cotizantes-jubilados. Un estudio estima que sin migración, el indicador de sostenibilidad demográfica (trabajadores por persona mayor de 65) habría sido un 30% menor, incrementando la presión sobre las pensiones.
Aportación económica significativa
Lejos de ser una amenaza, la migración ha mantenido el equilibrio entre cotizantes y pensionistas, retrasando un colapso inminente.
Los inmigrantes contribuyen decisivamente a la economía mediante impuestos y consumo, sosteniendo el crecimiento y el Estado del bienestar. Según el Banco de España, la inmigración representó hasta el 25% del crecimiento medio del PIB per cápita (2.9%) entre 2022-2024, gracias a trabajadores extranjeros que pagan impuestos, ocupan empleos, alquilan viviendas y consumen bienes y servicios.
En 2023, los inmigrantes (mayoritariamente latinoamericanos) ocuparon el 64% de los nuevos empleos y contribuyeron a la mitad del crecimiento económico español, elevando el PIB entre 0.4 y 0.7 puntos anuales.
Sus contribuciones fiscales son sustanciales: en regiones como Murcia, por cada euro recibido, un inmigrante genera 1.72 euros en ingresos fiscales. Su consumo estimula la demanda, creando empleo en sectores como retail y hostelería.
No obstante, políticas de integración más efectivas son cruciales para maximizar su impacto económico. Los inmigrantes no son una amenaza, sino un beneficio clave para el futuro del país.
