Si se desea realizar cualquier gestión bancaria en España, más vale acudir con antelación, dado que la inmensa mayoría de las entidades cierran a las 14:00 y no reabren tras la comida.
Es una queja frecuente entre los extranjeros en España: ¿por qué los bancos cierran por la tarde?
Como habrás observado, la mayoría de las sucursales aquí cierran en torno a las 14:00 o 15:00, y no reanudan la actividad vespertina, a diferencia de muchos comercios y otros negocios.
En algunos casos, el horario de atención al público se reduce aún más durante el verano, y ciertas operaciones, como ingresos o retiradas de efectivo en ventanilla, solo pueden realizarse uno o dos días a la semana.
Por supuesto, los cajeros automáticos funcionan las 24 horas, por lo que es posible retirar e ingresar dinero en efectivo; incluso algunos dispositivos permiten pagar ciertos impuestos.
Pero, en líneas generales, el horario reducido implica que cualquier trámite bancario deba llevarse a cabo durante la mañana o la hora temprana de la comida, cuando es probable que se tengan obligaciones laborales u otras responsabilidades, incluida la propia pausa para almorzar.
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Dado que la mayoría de las personas se hallan en la misma situación, es habitual que se produzca un atasco de clientes en cualquier sucursal española hacia las 13:00 o 13:30, justo cuando el personal empieza a pensar en concluir su jornada.
Esta práctica de cierre anticipado no es nada nueva. Se mantiene así desde hace décadas, y España constituye prácticamente una excepción en el contexto internacional. Un artículo de El País de 1998 ya lo señalaba: «El horario de los bancos españoles es una excepción… En los grandes países europeos, las entidades financieras abren por la tarde y cuidan mucho los horarios de los sábados».
Lamentablemente, en 2024 la situación en España no ha variado sustancialmente desde entonces.
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¿A qué obedece este horario tan reducido?
Resulta difícil precisar por qué España difiere tanto de otros países europeos en este aspecto. No obstante, existen dos razones generalmente aceptadas.
La primera es que, como ocurre con muchas cosas en España, parece tratarse del clásico statu quo: siempre ha sido así, funciona (¿funciona?, ¿y para quién?) y, por tanto, nadie lo cuestiona.
Esta lógica, por desgracia, es bastante común en el país. Estas ineficiencias y peculiaridades están profundamente arraigadas en la burocracia española, ya sea la titánica tarea de conseguir una cita en extranjería o el simple hecho de querer ser atendido mientras varios empleados conversan entre sí: todo ello se asume con resignación.
A nadie en España le sorprende estos hábitos y da la impresión de que hace tiempo que se asumió que las entidades bancarias no abren por la tarde.
En justicia, podría tratarse también de una tradición del sector, no exclusivamente española. Antes de la digitalización bancaria, los empleados debían dedicar las tardes a contar y registrar en los libros todas las operaciones realizadas por la mañana.
Veinticinco años después, algunos procesos se han simplificado, pero sigue siendo habitual que el personal bancario trabaje por la tarde, solo que lo hace a puerta cerrada, sin atención al público.
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La segunda razón es la eficaz representación sindical en el sector y los cómodos convenios colectivos que limitan el horario de apertura. Algunos podrían argüir que trabajar de 8:00 a 14:00 supone una jornada de seis horas sin pausa, pero ¿resulta práctico para la clientela esta disposición?
Con la propuesta gubernamental de una semana laboral reducida, sumada a la creciente digitalización del sector, las sucursales bancarias en España están cerrándose a un ritmo acelerado, y es probable que esta tendencia persista.
Los bancos españoles clausuraron 213 sucursales el último año y redujeron la red a niveles de la década de 1970. El número total de oficinas ha descendido en un asombroso 62% desde su pico en septiembre de 2008, según cifras de El Español.
Algunos analistas sostienen que la menor rentabilidad que genera la atención presencial, frente a la venta de productos financieros y las comisiones, es otro motivo por el cual los bancos españoles no «pierden tiempo» manteniendo las puertas abiertas al público.
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Algunas alternativas
Afortunadamente, en España existen entidades que sí abren durante breves periodos en tardes concretas. Cabe señalar que esto depende de la localidad y es posible que tu sucursal no siga estos horarios.
Según Rankia, Sabadell abre por la tarde, pero solo los jueves de 8:15 a 18:30 entre octubre y marzo.
ING atiende de 8:00 a 19:30 de lunes a jueves entre septiembre y junio, y en verano de 8:00 a 18:30.
La Caja Rural Cajamar también abre por las tardes de lunes a jueves, y Bankinter mantiene su horario hasta las 16:30 hasta el verano.
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Los jueves, Kutxabank abre de 8:15 a 14:15 y reabre de 16:45 a 19:30.
También vale la pena mencionar que ciertos bancos ofrecen citas (la conocida «cita previa») por la tarde, aunque puede que no sea en tu sucursal habitual y el local no esté abierto al público general durante ese tiempo.
Al redactar este artículo, The Local conversó con el director de una sucursal de Abanca, quien indicó que es posible ser atendido después de las 14:00, pero solo para ciertos asuntos comerciales (como contratar una hipoteca) y con cita previa gestionada mediante la aplicación, un sistema que recuerda al de las administraciones públicas.
Muchas entidades también cuentan con servicio de chat en línea y WhatsApp, pero la creciente falta de trato presencial ha molestado, en particular, a la población mayor. En 2022 cobró fuerza una campaña denominada «Soy viejo, no idiota».
A fin de cuentas, los horarios reducidos de los bancos españoles son una de esas peculiaridades a las que hay que acostumbrarse al vivir en España. Por irritante que pueda resultar, existen otros muchos aspectos de la vida en este país que compensan con creces.
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