Por qué las mujeres optan por tratamientos privados de TRH en España

Hablemos de hormonas. Mejor dicho, de la ausencia total de diálogo sobre hormonas en el sistema público de salud español. Tengo 54 años y recién ahora empiezo a sentirme de nuevo yo misma, porque tuve que recurrir a la medicina privada, pagar de mi bolsillo y luchar para acceder a la terapia de reemplazo hormonal (TRH). ¿Por qué? Aquí en España, los médicos siguen aferrados a un estudio de los 90, ya desacreditado, que vinculaba la TRH con el cáncer de mama. Ese estudio generó pánico global, pero luego se demostró que era erróneo. Investigaciones actuales prueban que la TRH no solo es segura para la mayoría de las mujeres, sino que puede ser transformadora si se maneja correctamente.

Mientras, en países como el Reino Unido, las clínicas de menopausia son algo normal. ¿Y en España? Tu médico de cabecera tiene más probabilidad de recetarte pastillas para dormir o antidepresivos. A mí me lo ofrecieron. ¡Cinco veces! Ni una sola vez un médico público mencionó las hormonas. Sentía dolor, no dormía, tenía ansiedad, niebla mental y dolores generalizados. Busqué mis síntomas en Google por desesperación y solo entonces entendí que era perimenopausia clásica. ¿Dolor en los pies? Sí, es hormonal. ¿Ansiedad? También. ¿Insomnio? Exacto.

Es indignante que en 2025, a las mujeres que vivimos en España aún nos ignoren, nos diagnostiquen mal y nos mediquen sin tratarnos de verdad. Nos dicen que es parte de envejecer. Que lo asumamos. ¿Mi respuesta? No. No lo haré. Y tú tampoco deberías.

Si te suena familiar, escucha esto: no estás loca, probablemente estés en perimenopausia. Exige análisis de sangre. Busca un médico privado que entienda de TRH. La ayuda existe, pero el sistema público no te la dará. Las mujeres merecemos más que ser ignoradas. Merecemos información, opciones y volver a sentirnos nosotras mismas. Y no pienso callarme al respecto.

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