España ha actuado con dureza contra los alquileres turísticos, ordenando a Airbnb que retire 66.000 anuncios de alojamientos ilegales. Sin embargo, en ciudades con medidas similares, esto ha derivado en precios más altos en hoteles y pocos cambios en el mercado de alquiler.
La retirada de 66.000 anuncios ilegales de Airbnb, la prohibición de apartamentos turísticos en zonas céntricas y la paralización de nuevas licencias turísticas reflejan que las autoridades españolas —nacionales, autonómicas y locales— están tomando medidas contundentes contra los alquileres temporales.
El objetivo es reintegrar viviendas al mercado general y paliar la crisis habitacional, el mayor problema que enfrenta la sociedad española hoy.
El alza de los alquileres y la escasez de vivienda dejan a miles de personas sin opciones asequibles, especialmente a jóvenes y personas con bajos ingresos.
No obstante, un efecto secundario es que, al reducirse la oferta de alojamiento, los hoteles suben precios al no sentir presión competitiva.
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Esta tendencia ya se ha visto en ciudades donde Airbnb fue prohibido o severamente restringuido.
En Nueva York, tras la prohibición en septiembre de 2023, los precios hoteleros subieron un 20% y los alquileres no bajaron, forzando a muchos a mudarse.
En Barcelona, que restringe licencias desde hace 10 años, el precio medio hotelero pasó de 174€ en 2023 a 188€ en 2024 según el Gremio de Hoteles. Un 30% más caro que en 2019.
Aunque, curiosamente, los precios en toda Cataluña bajaron un 2,1% este año, siendo la única región española con descenso, según el INE.
Barcelona es ahora el tercer destino hotelero más caro de España, solo tras Marbella y Baleares, según Cushman & Wakefield.
Los alquileres subieron un 72% en la capital catalana, y muchos pisos no volvieron al mercado tradicional. Se reconvirtieron en alquileres temporales de meses, eludiendo la normativa de estancias cortas.
El 90% de los contratos de alquiler en Barcelona son temporales, según un estudio de IDRA de diciembre 2024.
En Madrid, muchos propietarios prefieren alquileres temporales de 1 a 12 meses, evitando contratos largos y topes de precio. Algunos incluso dejan sus viviendas vacías antes que asumir el compromiso legal de 5 años.
Además, el ayuntamiento solo permite apartamentos turísticos en edificios enteros destinados a ello en el centro.
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Los hoteles de la capital, que ya subieron precios un 15,9% en 2024, podrían encarecerse aún más al reducirse la competencia de Airbnb.
Esto no solo ocurre en Madrid y Barcelona. En Andalucía, Valencia, Baleares y País Vasco también se retiran anuncios de Airbnbs sin licencia.
Solo en Málaga hay 43.366 viviendas turísticas ilegales, según el Ministerio de Consumo. En Valencia, el gobierno local estima que unos 12.000 apartamentos turísticos carecen de licencia.
Esto abre la puerta a subidas de precios hoteleros. En Málaga, la tarifa media diaria aumentó un 21,09% respecto al año pasado, el mayor incremento de España. En Valencia, la subida fue del 11,1% en 2024.
Las autoridades no solo actúan contra anuncios ilegales. También prohíben licencias en cascos históricos y exigen requisitos más estrictos, como entradas independientes o permitir a vecinos vetar solicitudes.
El encarecimiento hotelero no solo afecta a extranjeros. Los españoles viajan mucho dentro de su país, especialmente en Semana Santa y verano. Estas subidas dificultarán aún más el turismo para la población local, ya ahogada por alquileres e hipotecas.
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