Según un ejecutivo, los programas de ahorro compartido son útiles para orientar el comportamiento de los proveedores hacia el valor, pero no constituyen un modelo de pago verdadero que pueda sostener un sistema de salud.
“Los contratos de ahorro compartido son un mecanismo excelente para que la gente empieze a prestar atención al valor, pero su estructura no es, por definición, la forma en la que vamos a financiar nuestra asistencia sanitaria”, declaró Patrick Runnels, director médico de University Hospitals en Cleveland, durante una entrevista el mes pasado en la conferencia Total Health de Reuters en Chicago.
Señaló que University Hospitals obtuvo unos 50 millones de dólares en ahorros compartidos el año pasado, pero eso aún representaba menos del 5% de sus ingresos totales. Incluso si el sistema de salud duplicara o triplicara esa cantidad, los ahorros compartidos no serían un motor de ingresos significativo, afirmó Runnels.
Para cambiar los incentivos de manera significativa, los sistemas de salud necesitan o bien más riesgo descendente y más contratos capitados, o incentivos de ahorro compartido mucho mayores que los actuales, declaró.
En su opinión, la economía de la atención basada en valor simplemente está desalineada: cada dólar ganado por valor a menudo requiere renunciar a dólares más lucrativos del modelo fee-for-service.
Runnels dijo que University Hospitals está colaborando con un economista sanitario para identificar el punto de inflexión en el que reducir la atención de bajo valor se vuelve financieramente racional con los incentivos actuales.
“La mayoría de los sistemas van a ser reacios a cambiar su motor económico hacia un mecanismo de pago basado en el valor que en realidad les hará ganar menos dinero y será menos sostenible. Como advertencia, ciertamente parte de la idea detrás de los contratos basados en valor es reducir el gasto y los costes generales, y los sistemas de salud tienen trabajo por hacer para descubrir cómo reducir costos”, explicó.
Señaló que una menor utilización solo funciona si los costes también se reducen.
Por ejemplo, University Hospitals aumentó las pruebas de cribado de cáncer colorrectal de aproximadamente un 40% a un 75%, lo que redujo las cirugías a la mitad. Pero si el sistema de salud no disminuye la estrutura de costes alrededor de la cirugía colorrectal, sigue soportando los mismos costes fijos a pesar del menor volumen quirúrgico, dijo Runnels.
Añadió que muchos hospitales no están diseñados para reducir sus estructuras de costes internas con rapidez.
También mencionó que la mayor parte de los ahorros compartidos de University Hospitals provienen de Medicare. Runnels cree que el CMS debería cambiar los incentivos de pago, no necesariamente eliminando los modelos fee-for-service, sino remodelándolos para que premien la atención de alto valor y penalicen la de bajo valor.
Las opciones incluyen aumentar los porcentajes de ahorro compartido, ajustar las tarifas fee-for-service para favorecer servicios de alto valor y pagar temporalmente más por evitar procedimientos innecesarios, dijo.
Hasta que esos incentivos no cambien, advirtió, los ahorros compartidos seguirán siendo una prueba piloto útil, pero no un modelo de negocio escalable.
