En los días después de que Hamas atacara a Israel el 7 de octubre de 2023, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, se ofreció como rehén a cambio de la liberación de niños israelíes secuestrados. La oferta, informada por Vatican News, el portal de noticias de la Santa Sede, no fue aceptada, pero de todos modos llamó la atención sobre el cardenal Pizzaballa, quien es un contendiente para suceder al Papa Francisco. Como italiano, el cardenal Pizzaballa devolvería el papado al control de un país que lo dominó durante siglos, después de casi 50 años. Su larga experiencia en una región políticamente complicada que es la cuna de tres grandes religiones —fue ordenado en 1990, a los 25 años, y se mudó a Jerusalén ese año— también ha aumentado su capital papal. Sin embargo, el cardenal Pizzaballa es visto como un externo del Vaticano, dado que ha pasado décadas en el Medio Oriente, en lugar de construir alianzas más cercanas a casa. Algunos cardenales y otros miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica Romana también están preocupados de que el cardenal Pizzaballa, de 60 años, pueda ser demasiado joven para el trabajo. El Papa Juan Pablo II fue elegido a los 58 años y sirvió durante 26 años. La perspectiva de otro papado que dure un cuarto de siglo o más ha hecho que algunos cardenales que elegirán al próximo papa se detengan a pensar. El respeto del cardenal Pizzaballa por los elementos tradicionales de la práctica de la iglesia lo ha hecho aceptable para algunos conservadores. Pero después de pasar décadas en el Medio Oriente, es un tanto impredecible, ya que sus posturas sobre muchos temas que han causado división en la iglesia no se conocen. Lo que sí tiene, concuerdan los expertos del Vaticano, es un toque personal como líder de la iglesia que el Papa Francisco valoraba. “Él encarna un enfoque pastoral,” dijo Massimo Faggioli, profesor de teología en la Universidad de Villanova. “En Jerusalén, tratas con otras religiones que tienen opiniones fuertes sobre estos temas, así que no puedes convertirte en un cruzado en ningún sentido posible de la palabra.” El cardenal Pizzaballa “viene de una cultura católica pragmática,” agregó el Sr. Faggioli. “No va a librar una guerra cultural en temas relacionados con el sexo y el género.” El cardenal declinó hacer comentarios para este artículo. El cardenal Pizzaballa es reconocido por navegar hábilmente por la política y las comunidades del Medio Oriente, hablando enérgicamente contra la injusticia y el odio, pero también haciendo amigos entre judíos, musulmanes, cristianos y otras comunidades. Sobre todo, se ha ganado una reputación como alguien dispuesto a escuchar. Personas que han trabajado estrechamente con él en Jerusalén lo describieron como un administrador capaz y un líder humilde con poco tiempo para el boato. “Se preocupa por los pobres,” dijo Wadie Abunassar, el coordinador del Foro de Cristianos de Tierra Santa, un grupo no gubernamental de laicos cristianos en Israel. “Ayuda de una manera discreta. Es una persona que le gusta construir puentes con cada ser humano.” Cuando Hamas atacó a Israel en 2023, el cardenal había estado en su nuevo cargo solo unos días, pero había pasado 35 años en la región. Un franciscano ordenado en el norte de Italia, se convirtió en estudiante de teología bíblica en Jerusalén y terminó enseñando hebreo bíblico. Además de su italiano nativo y hebreo, habla inglés pero solo un árabe limitado. Su habilidad con los idiomas y su diplomacia hábil fueron útiles mientras cuidaba de los católicos de habla hebrea de Israel, visitando casi mensualmente las parroquias. También ha visitado la pequeña comunidad cristiana en Gaza durante la guerra allí y tiene un diálogo abierto con los judíos israelíes. Hana Bendcowsky, directora del programa judío-cristiano en el Centro Rossing para la Educación y el Diálogo, una organización interreligiosa con sede en Jerusalén, elogió su trabajo y dijo que esperaba que se convirtiera en papa, pero no durante otra década. “Todavía lo necesitamos aquí,” dijo ella. Xavier Abu Eid, un científico político palestino y autor con sede en Ramallah en Cisjordania ocupada, dijo que muchos palestinos creen que el cardenal debería haber hablado con más fuerza contra las acciones de Israel en Gaza, pero agregó que había límites a cuánto se podía esperar de un líder de la iglesia. Francisco sí habló a medida que aumentaban las bajas palestinas en Gaza, escribiendo en un libro publicado en noviembre que la guerra debería investigarse para determinar si constituía un genocidio. Esto provocó una dura reprimenda de un miembro del gobierno israelí. En abril, el cardenal viajó a Roma para hablar con Francisco y organizar una reunión entre él y rabinos preocupados por el lenguaje que había utilizado, según Oded Wiener, ex director general del Rabinato Jefe de Israel, quien era responsable de las relaciones interreligiosas y las relaciones del rabinato con el Vaticano. Se fijó una fecha para la reunión, pero no sucedió, primero por razones técnicas y luego por el declive de la salud de Francisco, dijo el Sr. Wiener. No estaba claro en qué medida el cardenal simpatizaba personalmente con las preocupaciones de los rabinos. En el discurso final de Francisco, entregado el día antes de su muerte, el papa dijo que el creciente clima de antisemitismo en todo el mundo era “preocupante”, y también denunció la “deplorable situación humanitaria” de Gaza. Patrick Kingsley contribuyó con informes desde Jerusalén, y Emma Bubola desde Roma.
