Por qué el estrecho de Ormuz sigue siendo crucial para el control global

ANUNCIO

A medida que los precios del petróleo suben tras los ataques de Israel y Estados Unidos contra Irán, los inversores vigilan de cerca el destino de un estratégico paso marítimo en Oriente Medio.

El Estrecho de Hormuz es vital para los exportadores de petróleo y gas del Golfo Pérsico, ya que constituye la única ruta marítima para enviar grandes volúmenes de crudo y gas desde los países productores de la región.

Situado entre Omán e Irán, conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el Mar Arábigo.

Tiene aproximadamente 167 km de largo y, en su punto más angosto, 39 km de ancho.

Según el Centro Conjunto de Información Marítima, en junio de 2024 transitaban un promedio de 114 buques diarios, cifra que se mantiene en 2025. El 21 de junio, por ejemplo, se registraron 122 embarcaciones cruzando el estrecho.

El paso es lo bastante profundo y amplio para albergar a los petroleros más grandes del mundo, convirtiéndolo en uno de los cuellos de botella petroleros más críticos (canales estrechos en rutas marítimas esenciales para la seguridad energética global).

¿Cuál es la importancia del Estrecho de Hormuz para el comercio global?

La economía mundial depende del flujo de petróleo desde esta zona.

Los buques transportan alrededor de 20 millones de barriles diarios (b/d), equivalentes al 20% del consumo global de crudo, según la Agencia de Información Energética de EE.UU.

“Un posible cierre iraní del Estrecho de Hormuz enviaría ondas de choque a la economía global”, declaró Guido Cozzi, profesor de Macroeconomía en la Universidad de St. Gallen, a Euronews.

LEAR  Empresa de biotecnología de enfermedades raras Zevra Therapeutics venderá pase rápido de revisión de medicamentos de la FDA por $150 millones.

Añadió que cualquier interrupción elevaría los precios de la energía, la inflación y tensionaría las cadenas de suministro.

Europa y China serían los más perjudicados, al depender de importaciones y carecer de reservas suficientes.

“Enfrentarían costes más altos, menor crecimiento y mayor inflación sin margen de maniobra”, advirtió Cozzi.

En cambio, EE.UU. y Reino Unido verían sus exportaciones ganar competitividad, pues obtienen su energía de otras fuentes. Si el estrecho se cerrara, los productores occidentales saldrían beneficiados netos, según el experto.

El suministro de gas natural también está en riesgo

Además del petróleo, el mercado global de gas natural licuado (GNL) sufriría, ya que Catar —uno de los mayores exportadores— envía 77 millones de toneladas anuales por esta vía, una parte sustancial del suministro mundial.

“Las rutas alternativas para el crudo y gas son limitadas, con capacidad insuficiente en oleoductos para compensar un bloqueo”, señaló S&P Global en un informe.

Agregó que un cierre afectaría no solo a Irán, sino también a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Catar, retirando más de 17 millones de b/d del mercado. Solo Arabia Saudí y EAU cuentan con oleoductos alternativos.

Los analistas prevén que el crudo superaría los 100 dólares por barril si Teherán cerrara el paso.

Aunque las primas de seguros para buques han subido y la situación es tensa, no hay indicios de amenazas inminentes al tráfico comercial, según fuentes marítimas.

¿Cerraría Irán el estrecho, aun perjudicando su propia economía?

Tras los ataques estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes el 22 de junio, el Parlamento de Teherán votó por cerrar Hormuz —una medida sin precedentes—, pendiente de aprobación del Consejo de Seguridad Nacional.

LEAR  ¿Es Málaga la nueva Barcelona?: El experto en propiedades de Olive Press, Adam Neale, vuelve a plantear una pregunta que formuló por primera vez hace una década.

Irán ha amenazado antes con bloquear esta arteria, pero nunca lo ejecutó. El vicepresidente de EE.UU., JD Vance, tachó la idea de “suicida” para la economía iraní.

El Centro Robert Strauss para la Seguridad Internacional afirmó que un cierre sería “extremadamente difícil” por factores económicos, políticos y militares.

Los expertos coinciden en que Irán perdería más de lo que ganaría:

  • Sus exportaciones a socios clave como China caerían.
  • Enfurecería a vecinos petroleros, cuyo apoyo necesita.

    Otra incógnita es la duración de un eventual bloqueo. Las reservas globales actuales (5.800 millones de barriles) ofrecen un colchón frente a los **7.300 millones que transitan anualm