¿Podría España convertirse en el primer país de la OTAN en ser expulsado? Trump así lo cree

¿Puede un país ser expulsado de la OTAN, como sugiere Trump?
La respuesta es negativa. Crédito: miss.cabul / Shuttertstock.com

El presidente estadounidense Donald Trump declaró el jueves, 9 de octubre, que España “debería ser expulsada de la OTAN”, criticando el papel de Madrid en la Alianza durante un encuentro con el presidente finlandés Alexander Stubb en el Despacho Oval.

“No tienen excusa para no hacerlo. Quizás deberían ser expulsados de la OTAN, francamente”, afirmó Trump, refiriéndose al gasto en defensa de los estados miembros. “Pedí un 5 por ciento, no un 2 por ciento, y la mayoría pensó que no sucedería — pero fue aprobado casi por unanimidad”, añadió.

Pero, ¿puede un país ser realmente expulsado de la OTAN, como sugiere Trump?

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La respuesta es no

El Tratado del Atlántico Norte, firmado en 1949, no incluye ningún mecanismo para expulsar a un estado miembro. Lo que sí permite es la retirada voluntaria, como se estipula en el Artículo 13: cualquier miembro puede abandonar la organización un año después de notificárselo a Estados Unidos, que debe entonces informar al resto de los aliados. Más allá de eso, no existe ninguna cláusula que permita a ninguna nación —incluyendo a EE.UU.— forzar la salida de otra.

El gobierno español ha evitado hasta el momento una confrontación directa con Washington. El viernes, fuentes gubernamentales se limitaron a reafirmar que España “es un miembro pleno y comprometido de la OTAN” y “cumple con sus objetivos de capacidad tal como lo hace Estados Unidos.” Los funcionarios declinaron especular sobre si EE.UU. podría incrementar la presión diplomática para empujar a Madrid a un mayor gasto militar, pero destacaron la extensa participación de España en las misiones de la OTAN, particularmente a lo largo del flanco oriental de la Alianza frente a la amenaza rusa.

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Ese compromiso fue reafirmado a principios de este año cuando el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, y el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intercambiaron cartas otorgando a España “flexibilidad para determinar su propio camino soberano” siempre y cuando cumpliera con sus capacidades de defensa acordadas.

Una cifra que Trump tilda de insuficiente

Esos objetivos de capacidad —clasificados por razones de seguridad— se revisan cada cuatro años. El marco actual, vigente hasta 2029, se centra en la ciberguerra, las amenazas híbridas y la desinformación, junto con la disuasión en el frente oriental. España considera que puede cumplir estos objetivos destinando un 2 por ciento del PIB a defensa —una cifra que Trump tilda de insuficiente.

Trump ha sostenido desde hace tiempo que EE.UU. no debería defender a aliados que “no gastan lo suficiente” en defensa, insinuando a menudo que un mayor gasto debería implicar la compra de armamento estadounidense. Sin embargo, nunca antes había sugerido abiertamente la expulsión de un miembro de la OTAN, una propuesta que desafía los mismos cimientos de la alianza transatlántica.

Relaciones más frías

Las relaciones bilaterales entre Washington y Madrid se han enfriado desde que Trump regresó al poder en enero, tras haber florecido con Joe Biden. En uno de los pocos contactos oficiales desde entonces, el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, se reunió con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, en abril. El comunicado estadounidense fue contundente: Bessent instó a España a aumentar el gasto en defensa dentro de la OTAN y reiteró su oposición al impuesto español sobre servicios digitales y otras barreras comerciales.

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Un “despilfarro de miles de millones”

Sánchez, por su parte, rechazó la idea de destinar un 5 por ciento del PIB a defensa calificándola de “desproporcionada e innecesaria”, y estimó que le costaría a los trabajadores unos 3.000 euros anuales en impuestos adicionales. Aunque se ha comprometido a continuar incrementando el gasto —del 0,9 por ciento del PIB en 2018 al 1,4 por ciento en 2024 y un 2 por ciento proyectado para este año—, argumentó que un 5 por ciento supondría un “despilfarro de miles de millones”.

La contribución de España a las operaciones de la OTAN dista mucho de ser negligible. Alrededor de 800 efectivos españoles están desplegados a lo largo de la frontera oriental de la Alianza, incluyendo un contingente de 350 soldados en Letonia, aviones Eurofighter en Bulgaria y una batería de misiles Patriot en Turquía. La Armada española también sirve en las fuerzas marítimas permanentes de la OTAN en el Mediterráneo y el Mar Negro, mientras que España alberga centros de mando clave de la OTAN en Valencia, Madrid y Rota —proporcionando un alcance estratégico vital en cualquier conflicto potencial.