Pocas Mujeres Participan en Rehabilitación Cardíaca, A Pesar de sus Múltiples Beneficios

La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en las mujeres en la actualidad, con índices de mortalidad superiores a todos los tipos de cáncer combinados1. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., más de 60 millones de mujeres, casi la mitad de la población femenina, padecen esta condición, la cual puede afectarlas a cualquier edad. Solo en 2023, fallecieron más de 300.000 mujeres a causa de enfermedades del corazón2.

A pesar de estas cifras alarmantes, solo un pequeño porcentaje de mujeres aprovecha los programas de rehabilitación cardíaca (RC), uno de los métodos más efectivos para la recuperación tras un evento cardíaco. Un informe reciente reveló que la participación femenina en estos programas es inferior al 20%, a pesar de que sus beneficios incluyen la reducción de reingresos hospitalarios y una mejora en la calidad de vida.

¿Qué es la rehabilitación cardíaca y quién puede acceder a ella?

La rehabilitación cardíaca, comúnmente llamada “rehab cardíaca”, es un programa supervisado médicamente diseñado para fortalecer el corazón y mejorar la salud cardiovascular tras un evento cardíaco importante. Sin embargo, no se limita al ejercicio; es un curso integral que incluye entrenamiento aeróbico monitorizado, asesoramiento nutricional y manejo del estrés.

¿Quién puede participar? Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), este programa basado en la evidencia está dirigido a personas que han sufrido un evento cardiovascular o una cirugía cardíaca. No cambia el pasado, pero ayuda a construir un futuro más saludable para el corazón. En concreto, se puede acceder si se ha tenido:3,4

◦ Un infarto (infarto de miocardio).

◦ Una afección cardíaca como enfermedad arterial coronaria (EAC), angina o insuficiencia cardíaca.

◦ Un procedimiento o cirugía, como bypass coronario (CABG), angioplastia, colocación de stent, reemplazo valvular o implante de dispositivo (marcapasos o desfibrilador).

El objetivo principal es minimizar o revertir la aterosclerosis — la acumulación de placa en las paredes arteriales. La aterosclerosis es un factor de riesgo clave para la enfermedad coronaria, y el plan de rehabilitación se centra en cambios de estilo de vida y medicamentos para combatirla.

Existen tres fases — La primera es el entrenamiento y asesoramiento en ejercicio, para fortalecer el sistema cardiovascular de forma segura. La segunda es la educación para un estilo de vida cardiosaludable, manejando factores de riesgo como el tabaquismo o la hipertensión. La tercera es el apoyo psicológico para reducir el estrés, dado su impacto directo en la salud cardíaca.

Es un esfuerzo en equipo — Como señala la AHA, los pacientes necesitan el apoyo de médicos, enfermeras, farmacéuticos y familiares para tomar el control de su salud, estableciendo metas, siguiendo la medicación y monitoreando síntomas.

¿Es efectiva? Los estudios indican que quienes completan el programa tienen hasta un 42% menos riesgo de rehospitalización y hasta un 58% menos mortalidad cardiovascular.

La Dra. Jessica Golbus, cardióloga de la Universidad de Michigan, afirma: “La rehabilitación cardíaca tiene beneficios universales para todos los participantes, reduciendo los factores de riesgo para futuros eventos cardiovasculares”5.

¿Por qué menos mujeres inician o completan la rehabilitación cardíaca?

A pesar de sus beneficios comprobados, la participación femenina en la RC sigue siendo inferior a la masculina. Una declaración científica de la AHA, publicada por Golbus y su equipo, señala que las mujeres están subrepresentadas en todas las fases (derivación, inscripción y finalización). Aunque se benefician igual que los hombres, múltiples estudios confirman que su acceso y compromiso son sistemáticamente menores.

Existen barreras asociadas al género — La declaración científica recopiló evidencia de diversas fuentes de investigación. Sus hallazgos, publicados en Circulation, indican que, en general, las mujeres tienen un 36% menos de probabilidades de inscribirse tras un evento cardíaco calificado6.

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El sesgo en la derivación es una causa — A las mujeres se les deriva con menos frecuencia, incluso con el mismo diagnóstico. Las tasas de derivación también varían según raza y etnia: un estudio señala que eran del 48% para mujeres blancas, 34% para mujeres negras, y solo 15% para mujeres hispanas.

Las presiones socioeconómicas y de cuidado — Muchas mujeres asumen responsabilidades primarias de cuidado, lo que dificulta asistir a sesiones triplesemnales en centros hospitalarios. Los desafíos de transporte, los copagos, el tiempo fuera del trabajo y el apoyo social limitado agravan el problema.

En comparación con las mujeres blancas, las pacientes de grupos raciales o étnicos subrepresentados también citan con mayor frecuencia el costo como barrera. “Las mujeres negras no hispanas, hispanas o asiáticas tienen tasas de participación particularmente bajas, entre el 10% y el 12%”7.

La edad es otro factor — Las mujeres son, en promedio, mayores durante su primer evento cardíaco y suelen presentar múltiples afecciones como hipertensión o diabetes, lo que puede ralentizar la recuperación.

Obstáculos emocionales y psicosociales — Las barreras emocionales son otra dimensión subestimada. Las mujeres reportan con mayor frecuencia miedo al sobreesfuerzo, ansiedad y sentirse fuera de lugar en programas mayoritariamente masculinos. La depresión y el malestar psicosocial también son más comunes tras un evento cardíaco.

En resumen, las menores tasas de asistencia a la rehabilitación cardíaca en las mujeres no se deben a un menor beneficio, sino a obstáculos sistémicos, sociales y emocionales que limitan el acceso y la continuidad. El verdadero reto no consiste en convencer a las mujeres de su valor, sino en hacer que la rehabilitación cardíaca sea factible, asequible y que brinde apoyo a cada mujer que la necesite.

## ¿Qué medidas aumentan la participación femenina en los programas de rehabilitación cardíaca?

La declaración de la AHA también destaca que las personas que participan en rehabilitación cardíaca experimentan mejoras importantes en factores clave de salud cardiovascular. Es más probable que dejen de fumar, reduzcan su presión arterial y colesterol, y mejoren el control de su glucosa en sangre.

“La rehabilitación cardíaca mejoró la capacidad de ejercicio, redujo los síntomas depresivos y favoreció la adherencia a la medicación”, informó un artículo en Conexiant.

• En particular, las mujeres que se unen a estos programas tienden a obtener mayores beneficios de supervivencia que los hombres — Por ejemplo, un amplio estudio con cerca de 400,000 adultos halló que realizar 300 minutos de ejercicio aeróbico semanales reducía el riesgo general de muerte en un 24% en mujeres, frente a un 18% en hombres. De forma similar, el entrenamiento de resistencia tres veces por semana redujo la mortalidad en un 28% en mujeres, versus un 14% en hombres.

• Alentadoramente, la brecha de género en rehabilitación cardíaca no es un problema irresoluble — Varias estrategias respaldadas por la investigación ya han demostrado mejorar drásticamente la participación femenina, y todas comparten un tema común: reducir la fricción en cada paso del proceso. Cuando los sistemas se diseñan para encontrarse con las mujeres donde están, las tasas de inscripción y finalización aumentan notablemente.

• Los sistemas de derivación automática son una de las herramientas más poderosas para incrementar la participación — En hospitales que los utilizan, cada paciente elegible, independientemente de género, edad o nivel socioeconómico, es derivado automáticamente a rehabilitación cardíaca antes del alta. Este enfoque elimina la dependencia de que un clínico individual inicie la derivación, que es donde suelen ocurrir sesgos y omisiones, y los resultados fueron significativos.

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“Los sistemas de derivación automática se asociaron con grandes avances en el acceso — hasta un aumento de 25 veces cuando se combinaron con gestión de casos y más de 10 veces con las derivaciones automáticas por sí solas”, informó Conexiant.

Esta única intervención transforma el acceso a la rehabilitación, pasando de ser cuestión de suerte o gestión propia a una parte estándar de la atención post-cardíaca. En otras palabras, hace que la asistencia sea la opción por defecto y no la excepción.

• Otra solución poderosa implica flexibilidad — Los programas tradicionales suelen operar en horario laboral estándar, una barrera importante para mujeres que concilian cuidados, trabajo y recuperación. Ofrecer soluciones más flexibles, como clases nocturnas, sesiones de fin de semana u opciones sin cita previa, puede marcar la diferencia.

• Los modelos híbridos (presencial y virtual) amplían aún más esa accesibilidad — Por ejemplo, en lugar de asistir regularmente a la clínica, los participantes pueden usar monitores de frecuencia cardíaca y realizar controles por telemedicina, permitiéndoles completar las sesiones desde casa.

Estos programas son especialmente beneficiosos para pacientes mujeres en áreas rurales o sin transporte confiable, y pueden ofrecer mejoras comparables en resultados físicos, adherencia y satisfacción cuando se supervisan adecuadamente. Las mujeres inscritas en estos modelos tienen más probabilidades de completar el programa porque se adapta a su estilo de vida en lugar de perturbarlo.

Para una comparación sencilla entre programas de rehabilitación cardíaca basados en centro y en casa, consulte la siguiente tabla:

| **Aspecto** | **Rehabilitación en centro** | **Rehabilitación en casa/virtual** |
|———————–|———————————————|——————————————-|
| **Acceso** | Requiere desplazamiento y horario fijo | Horario flexible; sin desplazamiento |
| **Adherencia** | Moderada; son comunes los abandonos | Mayor para cuidadores y pacientes rurales |
| **Monitoreo** | ECG y personal médico in situ | Seguimiento remoto vía telemedicina |
| **Resultados** | Mejora probada en supervivencia y función | Resultados iguales con buena adherencia |
| **Costo** | Copagos, viaje y aparcamiento | Coste total frecuentemente menor |

• El entorno y la cultura de los programas importan profundamente — Muchas mujeres se sienten incómodas en entornos mixtos, especialmente cuando la mayoría son hombres. Ofrecer programas específicos para mujeres puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la participación.

Integrar grupos de apoyo emocional y asesoramiento en salud mental dentro de los programas fortalece aún más el compromiso. Muchas mujeres experimentan depresión o miedo a una recurrencia tras un evento cardíaco, y estos sentimientos pueden descarrilar la recuperación si no se abordan. Cuando los programas combinan ejercicio con entrenamiento en resiliencia emocional, las tasas de finalización aumentan sustancialmente.

• Formatos de ejercicio alternativos para comodidad y confianza — Algunas mujeres dudan en asistir porque imaginan entrenamientos extenuantes o entornos de gimnasio de alta tecnología. En realidad, las sesiones pueden adaptarse a cualquier nivel. Los programas que incorporan movimiento suave, yoga, tai chi o ejercicios acuáticos atraen a más participantes femeninas y mejoran la adherencia.

Estos “proporcionan mayor interacción social y apoyo psicosocial, y abordan preocupaciones de inseguridad que las mujeres pueden tener, como sentirse cohibidas por su apariencia o capacidades físicas”.

• La tecnología como motivadora — Los programas modernos integran cada vez más herramientas digitales como aplicaciones y dispositivos portátiles para mejorar la motivación y la responsabilidad. Este enfoque “gamificado”, donde puedes ver tu barra de progreso o recibir logros, aprovecha la psicología de la motivación, transformando la recuperación en un desafío empoderador.

“Las tecnologías digitales pueden usarse como complemento a la rehabilitación presencial o para facilitar la rehabilitación remota, incluyendo videoconferencias para educación y monitoreo fisiológico y de actividad a distancia”, dijeron los autores del estudio.

La buena noticia es que la mayoría de los seguros médicos cubren la rehabilitación cardíaca para diagnósticos aprobados. Esto significa que si has tenido un infarto, una colocación de stent, cirugía de bypass (CABG), cirugía valvular o insuficiencia cardíaca crónica, es probable que tu tratamiento sea elegible para cobertura. Para confirmar tu elegibilidad y conocer el apoyo disponible, llama a la línea de atención al asegurado de tu compañía.

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## Preguntas frecuentes (FAQs) sobre programas de rehabilitación cardíaca

**P: ¿Realmente las mujeres asisten menos a rehabilitación cardíaca que los hombres?**
R: Sí, y la brecha es significativa. Un estudio publicado en *Circulation* muestra que la inscripción femenina es aproximadamente un 36% menor que la masculina, y las tasas de finalización son aún más bajas. También se las deriva con menos frecuencia tras un infarto o cirugía, a pesar de enfrentar un riesgo igual o mayor de recurrencia.

Entre mujeres negras no hispanas, hispanas y asiáticas, la participación promedia solo un 10% a 12%, subrayando la necesidad urgente de una divulgación más inclusiva y una mayor accesibilidad de los programas.

**P: ¿Cuáles son las mayores barreras para las mujeres?**
R: Las barreras más comunes incluyen brechas en la derivación, responsabilidades de cuidado, problemas de transporte y costes de bolsillo. Los obstáculos emocionales también importan. El miedo al sobresfuerzo, la ansiedad y la falta de apoyo social desalientan la participación. **Preguntas frecuentes sobre rehabilitación cardiaca para mujeres**

Muchas mujeres suelen percibir la rehabilitación cardiaca como una experiencia intimidante o poco práctica, a menos que los programas ofrezcan horarios flexibles y un apoyo personalizado.

**P: ¿Es igual de eficaz la rehabilitación cardiaca domiciliaria?**
R: Sí. De acuerdo con una **Declaración Científica** reciente de la Asociación Americana del Corazón (AHA), los programas de rehabilitación cardiaca bien estructurados, ya sean domiciliarios o híbridos, logran mejoras equivalentes en supervivencia, control de la presión arterial y calidad de vida, en comparación con las sesiones tradicionales presenciales. La clave radica en un **monitoreo constante** —ya sea mediante dispositivos portátiles de frecuencia cardiaca, asesoramiento por telemedicina o controles presenciales periódicos.
Estos modelos son particularmente beneficiosos para mujeres que concilian el trabajo y el cuidado de otros, permitiéndoles recuperar fuerza de forma segura en casa sin perder flexibilidad.

**P: ¿Cuándo debería una mujer comenzar la rehabilitación tras un infarto o cirugía?**
R: Cuanto antes, mejor. Una participación temprana acelera la recuperación, mejora los niveles de energía y reduce la probabilidad de un nuevo evento cardiaco. Programar la primera sesión antes del alta hospitalaria es una de las formas más sencillas y efectivas de mantenerse en el camino correcto.

**P: ¿Cubre el seguro la rehabilitación cardiaca?**
R: Sí. La mayoría de los seguros privados cubren la rehabilitación cardiaca para afecciones como infarto, colocación de stent, cirugía de *bypass*, reemplazo valvular e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (IC-FEr). Es recomendable consultar siempre con el coordinador de rehabilitación sobre programas de ayuda económica, ya que muchos hospitales ofrecen tarifas reducidas o paquetes especiales para pacientes que cumplen los requisitos.

**P: ¿Cuál es la conclusión principal?**
R: La rehabilitación cardiaca es uno de los tratamientos más eficaces y basados en evidencia para la recuperación del corazón —y las mujeres pueden beneficiarse tanto como los hombres. El desafío no radica en su eficacia, sino en su accesibilidad y en si está diseñada para adaptarse a la realidad de las mujeres.
Las derivaciones automáticas, los horarios flexibles y las opciones domiciliarias ayudan a aumentar la participación y salvan vidas. Cada mujer que completa la rehabilitación cardiaca recupera no solo su salud física, sino también su confianza, independencia y calidad de vida.