Se ha acusado a Rachel Reeves de exagerar la gravedad de la situación económica del país antes del presupuesto.
Una carta de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), publicada el viernes, reveló que ya el 17 de septiembre le informó a la ministra que las circunstancias económicas actuales significaban que el déficit de £20 mil millones para cumplir su propia regla fiscal sería en realidad mucho menor.
Más tarde, en octubre, la OBR le comunicó que el déficit se había cerrado por completo y que el gobierno tendría un superávit.
El presupuesto del miércoles, que subió los impuestos en más de £26 mil millones, vino después de semanas de advertencias sombrías de parte de la Sra. Reeves sobre tener que tomar “decisiones difíciles” para cumplir sus compromisos.
Esto incluyó una rueda de prensa a primera hora de la mañana el 4 de noviembre, después de que la OBR le dijera que el déficit se había cerrado, donde sugirió que probablemente tendría que romper una promesa de su manifiesto y subir los impuestos sobre la renta.
La Sra. Reeves finalmente no subió las tasas de ese impuesto en el presupuesto. Pero la ministra sí extendió la congelación de los límites impositivos, un movimiento que sus críticos han descrito como un impuesto encubierto.
La líder conservadora Kemi Badenoch dijo que la carta mostraba que la Sra. Reeves le “había mentido al público” y que debería ser despedida.
No obstante, el gobierno negó que ella hubiera engañado al público y a los mercados en la recta final hacia el presupuesto. “No acepto eso”, dijo el portavoz del primer ministro.
La idea de una subida de los impuestos sobre la renta se abandonó el 13 de noviembre, después de varias semanas de especulaciones, cuando el Tesoro citó previsiones mejores de lo esperado.
Pero la OBR indicó que no había proporcionado nuevas previsiones a los ministros en noviembre. “No se realizaron cambios en nuestro pronóstico después del 31 de octubre”, decía la carta del organismo fiscal.
Ben Zaranko, un economista del Instituto de Estudios Fiscales, cuestionó la lógica detrás de los informes negativos antes del presupuesto. “En ningún momento del proceso la OBR tuvo al gobierno incumpliendo sus reglas fiscales por un gran margen. Me deja perplejo por los meses de especulación”, escribió en X.
La Sra. Badenoch dijo: “Más evidencia, como si necesitáramos más, de que la ministra debe ser despedida. Durante meses, Reeves ha mentido al público para justificar subidas de impuestos récord”.
El homólogo conservador de la Sra. Reeves, el canciller en la sombra Sir Mel Stride, dijo que los informes pesimistas “eran solo una cortina de humo”. “El laborismo supo todo el tiempo que no necesitaba subir los impuestos y romper sus promesas”, afirmó. “Parece que se ha engañado al público deliberadamente”.
