Janet O’Reilly ha estado vigilando de cerca el incendio de Wesley Ridge en la isla de Vancouver, ya que su casa está justo afuera de la zona de alerta de evacuación.
Sin embargo, eso no le ha impedido salir a caminar todos los días con sus perros.
Pero el domingo por la mañana, con el ruido del fuego cerca, los aviones y el bombeo de agua, O’Reilly escuchó un nuevo sonido.
—Escuché a un perro llorando —le dijo a Global News.
—Escuché a un perro ladrando en el bosque.
O’Reilly siguió su camino y al regresar, volvió a oír el llanto.
No pudo investigar en ese momento, pero al llegar a casa, fue al trabajo y luego salió a pasear con un amigo en otra zona. Fue entonces cuando una vecina llegó a su casa diciendo que también había oído ladridos y llantos, y que había encontrado un perro atado a un árbol.
—En cuanto me lo dijo y vi que estaba solo, empezamos a llamar a todos lados —contó O’Reilly.
—Llamamos a todas las líneas de emergencia de la SPCA, a los oficiales de conservación, a la RCMP… pero nadie podía ayudar. Así que tuvimos que preparar algunas cosas y ver si el perro era lo bastante amigable como para dejarnos acercarnos.
O’Reilly explicó que, al ser un fin de semana largo y un domingo por la tarde, casi nadie estaba disponible o trabajando.
—Subimos con agua y comida, y mi amigo se quedó abajo en el camino de servicio con sus perros para no asustarla —dijo O’Reilly.
—Y no sabíamos cómo reaccionaría con otros perros. Le dejamos el agua y empezó a beber y beber sin parar. Me dejó acercarme mientras bebía. No parecía asustada en absoluto. No gruñó ni nada.
O’Reilly intentó darle premios, pero el perro solo quería agua.
—Miré la cadena y pensé: ¿Cómo diablos voy a quitársela? Por suerte, solo estaba sujeta con un mosquetón —agregó.
El perro dejó que le quitara la cadena y le pusiera una correa.
—No caminaba perfecto con la correa, pero no intentó escaparse; parecía feliz de estar conmigo —añadió.
O’Reilly contactó con la SPCA de BC, quienes pudieron recoger al perro esa misma noche.
Creen que el perro tiene unos dos años y es una mezcla sana de razas.
—Está en excelente forma y se hizo amigable rápidamente —dijo Sam Sattar de la sucursal de Alberni-Clayoquot de la SPCA.
—Nos preguntamos cómo terminó en ese lugar.
Esperan que alguien reconozca al perro, ahora llamado Eve, en honor al segundo nombre de O’Reilly.
Eve irá pronto al veterinario y podría ser dada en adopción.
—No mostraba signos de abandono —dijo O’Reilly.
—Además, yo camino por esa zona todos los días, y estoy casi segura de que no estaba ahí 24 horas antes, porque la habría escuchado llorar.
Por qué Eve terminó en un área remota, atada a un árbol cerca de una zona de evacuación por incendios, sigue siendo un misterio.
—Siento que un monstruo hizo esto —dijo O’Reilly.
—Si alguien quisiera que encontraran al perro, lo habría atado donde hay gente, o donde la habría.
—Este perro estaba atado donde nadie lo vería. Si no hubiera ladrado, seguiría ahí, porque ni mi vecina ni yo la habríamos encontrado.
La SPCA de BC recordó que ofrece servicios de alojamiento de emergencia en toda la provincia, por lo que no hay necesidad de abandonar a un animal.