Se prevé que algunos municipios de Mallorca amanezcan con un paisaje blanquecino el viernes, aunque los residentes no deberían ilusionarse con la idea de una nevada propiamente dicha. Miquel Gili, portavoz adjunto de la delegación territorial de Baleares de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), explicó que la capa blanca consistirá principalmente en pequeñas granizadas, que pueden acumularse y dar la impresión de ser nieve.
Se pronostica nieve real únicamente en cotas superiores a los seiscientos metros, mientras que el granizo menudo podría caer en diversas partes de la isla. Gili recalcó que el fenómeno será ocasional y localizado, afectando principalmente al noreste y a la Serra de Tramuntana, en lugar de tratarse de un episodio generalizado.
En vista de las condiciones, la Aemet ha emitido una alerta amarilla por lluvias y tormentas en las zonas afectadas entre la medianoche y el mediodía del viernes, 21 de noviembre. Se esperan precipitaciones intensas, pudiendo alcanzar los 20 litros por metro cuadrado en solo una hora, y el granizo podría dejar una capa blanca perceptible incluso en cotas bajas.
Esta situación inusual es el resultado de una potente irrupción de aire ártico, que aporta inestabilidad y una elevada humedad a la región. Gili señaló que esta combinación probablemente desencadenará lluvias intensas, especialmente sobre la Serra de Tramuntana, mientras que la cota de nieve decenderá hasta los 600 metros.
La borrasca también comportará un marcado descenso de las temperaturas, con máximas que el viernes solo alcanzarán los 13–14 °C. Según Gili, tales temperaturas son más propias de los meses más fríos del invierno, como finales de enero o principios de febrero, y no de finales de noviembre, lo que supone un anticipo del invierno con notable adelanto.