Parece la Toscana, pero es Mallorca.

Fornalutx, un pequeño municipio ubicado en el corazón de las montañas de la Serra de Tramuntana en Mallorca, se ha consolidado como uno de los pueblos más atractivos de España gracias a su impecable conservación arquitectónica y paisajística. Este rincón de Mallorca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del complejo de la Serra, ofrece a los visitantes un viaje en el tiempo a través de sus estrechas calles empedradas y sus característicos edificios de piedra.

Con tan solo 600 habitantes, Fornalutx ha logrado mantener su autenticidad frente al turismo de masas que caracteriza a otras zonas de la isla. Sus calles, flanqueadas por casas tradicionales con persianas de madera verdes y macetas rebosantes de buganvillas y geranios, crean una atmósfera que recuerda a la campiña toscana, aunque con una personalidad mallorquina inconfundible. La plaza es el epicentro de la vida social en Fornalutx. Rodeada de pequeños cafés y bares tradicionales, permite a los visitantes sumergirse en el ritmo pausado de la vida local mientras disfrutan de un café o un aperitivo. Sin duda, es el punto de partida ideal para explorar este municipio.

Uno de los monumentos más destacados es la Parròquia de la Nativitat de la Mare de Déu, un edificio gótico con añadidos barrocos. Su torre, construida en el siglo XVII, servía originalmente propósitos defensivos y hoy ofrece vistas privilegiadas sobre Sóller y las montañas circundantes. Al pasear por las calles de Fornalutx, es imposible no detenerse a admirar las numerosas casas señoriales con sus antiguos escudos de armas exhibidos en sus fachadas.

Estas construcciones, principalmente hechas de marés (la característica arenisca mallorquina), dan fe del próspero pasado de muchas familias locales a lo largo de los siglos. Los antiguos lavaderos públicos de Fornalutx son otra de las atracciones históricas del municipio. Estas instalaciones cuidadosamente restauradas brindan una mejor comprensión de cómo era la vida diaria en siglos pasados, cuando los habitantes venían a recoger agua directamente del Torrent de Fornalutx para sus tareas cotidianas.

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Para los amantes del senderismo y la naturaleza, este enclave mallorquín ofrece numerosas posibilidades. Varias rutas conducen desde el centro del pueblo a miradores naturales que ofrecen vistas espectaculares del Valle de Sóller, con sus característicos campos de naranjos, y el Mar Mediterráneo en el horizonte. El famoso Camí de Castelló es una de las rutas más populares entre los excursionistas y visitantes que buscan combinar historia y naturaleza. La ubicación de Fornalutx en el corazón de la Serra de Tramuntana no es un factor menor en su atractivo turístico.

Esta cordillera, que atraviesa el noroeste de Mallorca durante unos 90 kilómetros, fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, valorando especialmente la perfecta integración entre la actividad humana y el entorno natural a lo largo de los siglos. Los antiguos sistemas de cultivo en terrazas, la red de canales de agua de origen árabe y los senderos empedrados que conectan diferentes pueblos son algunos de los elementos que han merecido esta distinción internacional. Fornalutx es uno de los ejemplos mejor conservados de esta sabia adaptación a la tierra.

La oferta gastronómica de Fornalutx complementa perfectamente sus atractivos arquitectónicos y paisajísticos. En sus restaurantes y bares, se pueden degustar platos típicos de Mallorca como pa amb oli, sopas mallorquinas y frit mallorquín. Los productos locales son los protagonistas de una cocina que mantiene vivas las tradiciones culinarias de la isla. Algunos establecimientos también ofrecen la oportunidad de disfrutar de estas delicias en terrazas con vistas panorámicas del valle.