Palma ha vuelto a ser distinguida como uno de los municipios costeros más sostenibles de las Illes Balears al obtener, por segundo año consecutivo, la Bandera Verde de Ecovidrio. Este galardón pone de relieve el firme compromiso de la ciudad con la responsabilidad medioambiental, su arraigada cultura del reciclaje y la colaboración efectiva entre el sector hostelero y las instituciones locales.
La iniciativa Bandera Verde, que celebra su sexta edición, es una campaña de ámbito estatal promovida por Ecovidrio —la entidad sin ánimo de lucro encargada de la recogida selectiva y el reciclado de envases de vidrio en España. El programa premia a aquellos municipios y establecimientos hosteleros que muestran un compromiso excepcional en la gestión sostenible de residuos, especialmente durante la temporada estival de alta demanda. En la presente edición han participado 181 ayuntamientos y más de 15.000 establecimientos hoteleros de todo el país, lo que refleja el creciente impulso nacional en favor del turismo responsable y la preservación ecológica.
En el acto oficial de entrega de premios, el teniente de alcalde y regidor de Medio Natural, Ambientes Saludables, Mercados e Innovación, Llorenç Bauzá de Keizer, recogió la distinción en su calidad de presidente de Emaya, la empresa municipal de servicios de la ciudad. Al evento también asistieron Alejandro Sáenz de San Pedro, conseller de Empresa, Autónomos y Energía, junto con Roberto Fuentes, subdirector de Gestión de la Zona Este de Ecovidrio.
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Palma revalida su Bandera Verde por sus destacados esfuerzos en el reciclaje de vidrio
El reconocimiento es fruto de una extensa colaboración público-privada en Palma. Un total de 418 restaurantes, bares y establecimientos hosteleros de la Platja de Palma participaron en la iniciativa estival, garantizando una correcta separación y reciclaje de los residuos de vidrio durante los meses de junio, julio y agosto. Su implicación ha sido crucial para consolidar la reputación de Palma como una ciudad volcada con la protección del medio ambiente —un aspecto muy valorado tanto por la ciudadanía como por la comunidad internacional de expatriados que reside en la isla.
Únicamente durante los meses de verano, Emaya gestionó 3.179.900 kilogramos de envases de vidrio en el marco de la campaña de Ecovidrio. Esta cifra significativa demuestra la capacidad de Palma para afrontar los retos de sostenibilidad asociados a la temporada alta de turismo, manteniendo al mismo tiempo unos elevados estándares en la gestión de residuos.
Además de respaldar el papel del sector hostelero en la consecución de estos resultados, el municipio ha intensificado su enfoque en la concienciación ciudadana. Palma reforzó sus campañas de sensibilización durante el verano, promoviendo hábitos de reciclaje y aumentando la conciencia pública sobre la importancia de una correcta gestión de los residuos. Estas iniciativas están diseñadas para garantizar que el progreso medioambiental trascienda los picos estacionales y se convierta en un compromiso permanente entre la población.
Este último galardón se suma a la creciente lista de logros en materia de sostenibilidad de Palma y Emaya. En mayo, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón otorgó a Emaya tres Pajaritas Azules, en reconocimiento a los esfuerzos de la empresa en el reciclaje de papel y cartón y a su dedicación en la promoción de la economía circular. Los premios Pajaritas Azules, considerados el principal referente nacional en excelencia de la recuperación de papel y cartón, distinguen a aquellos municipios que demuestran un desempeño excepcional y una mejora continua en sus sistemas de reciclaje.
Para los expatriados que residen en Mallorca, la sostenibilidad es un factor cada vez más determinante a la hora de elegir dónde vivir e invertir. La renovación de la Bandera Verde de Palma refuerza su reputación como una ciudad vanguardista y con conciencia ecológica —capaz de equilibrar una pujante economía turística con una responsabilidad medioambiental a largo plazo. Estos logros subrayan el enfoque estratégico de la ciudad en materia de sostenibilidad, posicionando a Palma como un modelo a seguir para otros destinos costeros de España y Europa.
A medida que Palma continúa reforzando su infraestructura de reciclaje y profundiza en sus alianzas con los negocios locales, establece un claro ejemplo de cómo la acción medioambiental colaborativa puede contribuir a una vida urbana más saludable, limpia y sostenible.