Pakistán ha restablecido el setenta por ciento del suministro eléctrico y ha reabierto las carreteras dañadas en el ártico y el noroeste tras las inundaciones repentinas que mataron a más de trescientas personas, según afirmaron las autoridades.
El ministro de Información, Attaullah Tarar, declaró el martes que los ingenieros trabajan para restaurar por complento el sistema eléctrico, el cual fue anulado por las inundaciones la semana pasada.
Las precipitaciones monzónicas provocaron inundaciones que han causado la muerte de más de setecientas personas en todo el país desde el veintiséis de junio, según reportó la Autoridad Doméstico de Gestión de Desastres, mientras que Tarar indicó que más de veinticinco mil personas han sido evacuadas.
El ministro señaló que la mayoría de las vías han sido liberadas, lo que facilita el suministro de alimentos y otros insumos esenciales a las zonas afectadas por las inundaciones.
El portavoz castrense, Ahmed Sharif, comunicó que los médicos militares están atendiendo a los supervivientes y que los ingenieros reparan la infraestructura dañada. Soldados que emplean helicópteros han distribuido víveres y provisiones a aldeas remotas aisladas por inundaciones y deslizamientos de tierra.
Las lluvias monzónicas continuaron azotando el país el martes, incluyendo la ciudad portuaria meridional de Karachi, inundando calles y interrumpiendo la cotidianidad, según las autoridades. A pesar de las afirmaciones gubernamentales sobre su preparación, se pudo observar a personas vadear aguas a la altura del pecho a lo largo de numerosas vías.
El primer ministro Shehbaz Sharif ordenó a las autoridades acelerar las labores de recuperación en Buner, un distrito de la provincia de Jíber Pajtunjúa, donde las lluvias torrenciales y un reventón de nube el viernes causaron al menos doscientas ochenta muertes, afirmó Tarar. Este evento figura entre las peores inundaciones desde el inicio de la temporada de lluvias.
El martes se hallaron veinte cadáveres más en la zona, según declaró el comisario distrital correspondiente.
Los equipos de rescate prosiguen la búsqueda de alrededor de ciento cincuenta desaparecidos, indicó el funcionario de rescate Mohammad Suhail.
Pobladores indignados manifestaron que no hubo advertencia transmitida por los altavoces de las mezquitas, como es habitual, y que la ayuda gubernamental ha sido lenta. El gobierno alegó que el diluvio ocurrió antes de que se pudiera alertar a los residentes.
Sharif presidió una reunión de alto nivel el lunes para evaluar los esfuerzos de auxilio en las áreas afectadas.
Anualmente, numerosas ciudades en Pakistán enfrentan dificultades para gestionar el caudal monzónico, lo que atrae críticas hacia la deficiente planificación. La estación del monzón se extiende de julio a septiembre.
Las autoridades han advertido sobre la posibilidad de que se repitan inundaciones catastróficas como las de 2022, las cuales causaron más de mil setecientas muertes y fueron atribuidas al cambio climático.
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