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Una de las quejas constantes sobre Mallorca entre los turistas es que ya no es barata. Una comida que antes costaba 50 euros ha subido a 80. Una cerveza que costaba dos euros ahora cuesta cuatro euros. El precio y la relación calidad-precio en la industria turística son fundamentales. Si se mira en las redes sociales, hay innumerables informes de poder disfrutar de una pinta en las Islas Canarias o Benidorm por 1,50 euros. Mallorca tiene mucho que ofrecer, pero se necesita una cartera grande.
Estuve en la península durante el período de Semana Santa en Ronda, en Andalucía. Decir que era tan “barato como papas fritas” sería quedarse corto. El almuerzo para cinco personas con todos los adornos costó 150 euros. Una copa de vino 2,50 euros y una cerveza dos euros. Aquí es donde Mallorca debe tener cuidado. Existe el peligro de que pueda salirse del mercado con lugares en la península que se beneficien.
¿Por qué hay tanta diferencia entre los precios en Mallorca y en la España peninsular? Bueno, obviamente somos una isla, pero creo que nos hemos dejado llevar con los aumentos de precios.
Los destinos turísticos más exitosos del mundo son aquellos que ofrecen una buena relación calidad-precio. Mallorca lo sabe. A lo largo de los años 70 y 80, se consideraba un destino turístico barato. En la actualidad, es un paraíso caro y, si no tenemos cuidado, podría convertirse en un paraíso solo para millonarios.
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