En una UCI moderna, se estima que se generan decenas de miles de datos de un solo paciente cada día, provenientes de ventiladores, bombas de infusión y otros dispositivos médicos. Esta información debe transferirse desde el dispositivo hasta la historia clínica electrónica (HCE) del paciente, y la calidad de las conexiones que transmiten estos datos es crucial. Aunque son esenciales, estas conexiones suelen ser complejas y pueden variar en su fiabilidad. El verdadero desafío en tecnología sanitaria no es la falta de datos, sino la falta de datos confiables en la HCE.
Estas interfaces complejas presentan desafíos que requieren una gestión cuidadosa. La solución exige un enfoque práctico y clínicamente dirigido para garantizar que los datos en los que confían los clínicos sean precisos y completos.
El alto coste de las brechas de datos
Aunque estándares de datos como HL7 y FHIR proporcionan un lenguaje común, los proveedores de HCE construyen sus plataformas sobre arquitecturas de datos propietarias. Esta falta de estandarización en los fundamentos técnicos obliga a los hospitales a gestionar una amplia variedad de conexiones, muchas de las cuales son interfaces punto a punto.
¿El resultado? Brechas de datos que pueden afectar negativamente a la integridad de los datos clínicos y a la atención al paciente. Por ejemplo, dos fabricantes distintos de ventiladores pueden requerir interfaces personalizadas, o algunos modelos quizá ni siquiera tengan capacidad de integración. Cada conexión única es otro punto potencial de fallo de datos, y cada una representa una oportunidad de mejora.
En el ejemplo anterior, la incapacidad de conectar algunos de los ventiladores en una UCI Neonatal de Nivel 3 requiere que las enfermeras abandonen la cabecera del paciente e introduzcan los datos manualmente. Aunque los clínicos siempre priorizarán al paciente, este paso adicional aumenta la carga de trabajo de la enfermera, resta tiempo de la observación directa del paciente y puede complicar el proceso de toma de decisiones clínicas oportunas en cuidados críticos.
El desafío de las brechas de datos de dispositivos médicos se extiende más allá de las paredes del hospital. A medida que crecen los programas de hospitalización en casa, los sistemas de salud ahora deben integrar datos de dispositivos proporcionados por el paciente, como básculas, tensiómetros y pulsioxímetros. Estas tecnologías de consumo presentan nuevos obstáculos de conectividad y puntos adicionales de susceptibilidad en la atención al paciente.
Un enfoque cross-functional para la integración de dispositivos médicos
Una integración adecuada de dispositivos es más que una tarea técnica; requiere la coordinación de múltiples equipos. Los sistemas de salud más exitosos tratan la integración tanto como una construcción técnica como una transformación clínica. Este enfoque garantiza que los datos sean completos, utilizables y procesables en el punto de atención.
El equipo adecuado desde el inicio reduce riesgos, previene retrasos y ofrece soluciones que satisfacen las necesidades clínicas y operativas. Un equipo multifuncional sólido reúne a personas que comprenden los dispositivos y sistemas, y cómo afectan a la prestación de cuidados en tiempo real. Aquí hay cinco roles que incluir en el equipo de integración de dispositivos médicos:
- Líderes clínicos que alinean el flujo de datos con la prestación de cuidados y se aseguran de que la tecnología apoye, en lugar de interrumpir, los flujos de trabajo.
- Especialistas en HCE e interfaces que configuran y mantienen las conexiones técnicas entre dispositivos y la HCE, lo que ayuda a garantizar la precisión y fiabilidad de los datos.
- Equipos biomédicos y de red que apoyan la infraestructura física y la conectividad de los dispositivos, siendo esenciales para la estabilidad y el tiempo de actividad.
- Expertos en ciberseguridad que protegen los datos del paciente y reducen los riesgos en la comunicación de los dispositivos.
- Analistas de aplicaciones y educadores que confirman que los datos estén ubicados donde y como los clínicos los necesitan, y que el personal los utilice eficazmente.
Esta estructura funciona porque los expertos clínicos y técnicos colaboran desde el principio, antes de que se establezcan los cronogramas y los proveedores. Previene errores costosos, crea un sentido de apropiación interna y prepara a las organizaciones para necesidades futuras como la Inteligencia Artificial (IA), la monitorización remota y la sustitución de dispositivos obsoletos.
Lo más importante es que este enfoque mejora la atención al paciente. Con datos fiables de los dispositivos en la HCE, los clínicos toman decisiones más rápidas y mejor informadas, y dedican menos tiempo a resolver problemas técnicos y más tiempo con los pacientes.
Obstáculos comunes en los proyectos de integración de dispositivos médicos
La planificación cuidadosa cuando los sistemas de salud embarcan en proyectos de integración de dispositivos médicos a menudo se pasa por alto en dos áreas clave. La primera puede parecer más intrascendente de lo que en realidad es: la composición del equipo del proyecto.
Como se desprende de la lista de roles anterior, un enfoque de equipo multifuncional y liderado por clínicos es esencial durante los proyectos de integración para cerrar brechas de datos, superar obstáculos comunes del proyecto, completar pruebas óptimas y asegurar una supervisión adecuada. A menudo, los proyectos de integración pueden mejorarse asegurando que los miembros del equipo representen todos los flujos de trabajo potencialmente impactados. Sin ciertos miembros del equipo clínico, por ejemplo, un equipo de proyecto podría realizar solo pruebas superficiales. Es decir, pueden confirmar que una nueva conexión está activa, pero puede que no verifiquen si impacta negativamente a otros sistemas o flujos de trabajo clínicos. Este problema puede verse agravado por una aportación clínica tardía, donde el personal de primera línea que usará la tecnología solo es incorporado para una aprobación final, mucho después de que se hayan tomado las decisiones de diseño centrales.
Finalmente, la organización debe establecer un plan integrado de gestión de dispositivos. Esto incluye preguntar quién es responsable de la interfaz y qué pasos se deben tomar durante los periodos de inactividad. Para dispositivos críticos, ¿quién en los equipos clínico e IT es responsable del rendimiento y la fiabilidad? Si el dispositivo deja de enviar datos o la HCE experimenta una caída, ¿qué pasos tomaría una enfermera de manera inmediata y práctica?
Cómo medir el valor
Debemos evaluar estándares como HL7 y FHIR no solo por sus especificaciones técnicas, sino por su capacidad para entregar datos precisos y en tiempo real a los clínicos. Su efectividad depende de la estabilidad de la red y la infraestructura. Por ejemplo, los modelos predictivos de sepsis dependen de datos de interfaz consistentes y de alta calidad para proporcionar alertas tempranas que mejoren los resultados.
En última instancia, la pregunta clave podría ser: ¿Qué cuesta más y/o introduce más riesgo: una nueva máquina de anestesia totalmente integrada, o el coste operativo continuo y la carga clínica de mantener un sistema obsoleto con datos poco fiables?
El valor real de la integración de sistemas se demuestra finalmente por su impacto práctico en la prestación de cuidados: menos errores de documentación, decisiones clínicas más rápidas y más tiempo con los pacientes.
Foto: invincible_bulldog, Getty Images
Kerry Barker, RN, BSN, es Gerente de Servicios Epic en CereCore, un proveedor líder de servicios de TI sanitarios. En su puesto, aprovecha su amplia experiencia clínica y técnica para gestionar proyectos y servicios de HCE Epic para organizaciones de salud.
Basándose en su extensa trayectoria como enfermera registrada, incluyendo años en cuidados intensivos y críticos (UCI/CCU), Kerry aporta una invaluable perspectiva clínica a la informática de salud. Su trabajo se centra en garantizar la implementación y optimización exitosa de los sistemas Epic, con experiencia en preparación operativa clínica, soporte para puesta en marcha, coordinación de pruebas e integración de datos. Está certificada en EpicCare Inpatient Clinical Documentation y Epic Bridges, lo que subraya su competencia técnica. Antes de su carrera en informática de salud, Kerry ocupó varios puestos en enfermería y educación, incluida la enseñanza de habilidades clínicas en la Universidad Brigham Young y de farmacología en enfermería en una universidad comunitaria local.
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