La Armada Portuguesa ha sido alabada por su rápida actuación al lanzar una dramática operación de rescate en alta mar para detener a narcotraficantes armados que habían secuestrado un buque portacontenedores con rumbo a Málaga.
Al menos dos hombres armados con acento de Europa Oriental asaltaron el buque de bandera liberiana Odysseus poco después de que zarpara del puerto de Vigo en la madrugada del miércoles.
Los secuestradores abordaron a la tripulación y los forzaron a encerrarse en la sala de máquinas bajo amenaza de armas mientras buscaban la cocaína escondida.
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El portacontenedores, que previamente había atracado en puertos ecuatorianos infestados de cocaína como Guayaquil y Posorja, transitaba por la notoria ruta de narcotráfico Sudamérica-España cuando ocurrió el secuestro.
Las fuerzas navales portuguesas recibieron una alerta de emergencia y desplegaron inmediatamente un buque de guerra, un helicóptero y un equipo de asalto especializado para interceptar la nave frente a la costa del Algarve.
La operación militar recuperó el control del buque con éxito.
No obstante, según fuentes tanto portuguesas como internacionales, los secuestradores no fueron hallados a bordo durante el registro y se cree que huyeron antes de la llegada de las autoridades.
El buque fue escoltado al puerto de Sines para una inspección más minuciosa, y la Policía Judicial portuguesa continúa su investigación para localizar a los secuestradores.
Este incidente subraya las tácticas cada vez más violentas empleadas por los cárteles internacionales de drogas, que se adaptan así a las medidas de seguridad portuaria más estrictas en toda Europa.
En lugar de arriesgarse a ser detectados en puertos españoles, las redes de tráfico ahora intentan recuperar los cargamentos de cocaína en mar abierto antes de que alcancen su destino.
Sigue sin estar claro si el grupo armado eran los dueños originales del presunto alijo de droga o si se trataba de criminales rivales que intentaban robar la mercancía de otra organización.
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Lo que es seguro es que no lograron su objetivo gracias a la respuesta portuguesa.
Este descarado intento de secuestro se produce solo seis semanas después de que la Guardia Civil española frustrara una operación notablemente similar en la misma ruta marítima Vigo-Málaga.
En aquel incidente de julio, las autoridades incautaron 1.300 kilogramos de cocaína de un portacontenedores a 40 millas de la Bahía de Cádiz, tras descubrir que polizones habían abordado la nave para extraer paquetes de droga y transferirlos a otro barco.
Aquel buque había seguido una ruta muy similar al Odysseus, habiendo pasado también por Guayaquil antes de navegar hacia Europa.
Este patrón recurrente sugiere que el corredor Vigo-Málaga se ha convertido en un objetivo principal para los traficantes de cocaína que buscan explotar una de las rutas marítimas comerciales más transitadas de Europa.
Ambos puertos ecuatorianos visitados por el Odysseus han sido identificados como puntos de embarque principales para la cocaína sudamericana con destino a los mercados europeos.
Los expertos en narcotráfico afirman que este cambio hacia interceptaciones en alta mar representa una escalada en los métodos de tráfico, donde las organizaciones criminales están dispuestas a desplegar equipos armados y arriesgarse a enfrentamientos violentos para proteger envíos valorados en millones de euros.
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