Oficinas del partido gobernante en Serbia incendiadas durante protestas

Nuevos enfrentamientos surgieron entre manifestantes anti-gobierno y la policía antidisturbios en Serbia durante la quinta noche seguida de protestas, después de que oficinas del partido gobernante, el Partido Progresista Serbio (SNS), fueran incendiadas.

Según reportes, la policía en Valjevo usó granadas aturdidoras y gas lacrimógeno contra los manifestantes después de que un grupo pequeño de personas con máscaras atacó las instalaciones vacías del SNS y les prendió fuego.

Hubo denuncias generalizadas de violencia y brutalidad policial en la capital, Belgrado, y en Novi Sad. El ministerio del Interior de Serbia negó estas acusaciones.

Esto ocurre mientras Rusia prometió apoyar al acosado presidente prorruso Aleksandar Vučić, líder del SNS, diciendo que no “permanecería indiferente”.

Las protestas comenzaron inicialmente por el derrumbamiento de una estación de tren en Novi Sad en noviembre del año pasado, con serbios exigiendo elecciones anticipadas y el fin de los 12 años de gobierno de Aleksandar Vučić.

Aunque las manifestaciones anti-corrupción han reunido a cientos de miles de manifestantes, habían sido mayormente pacíficas hasta el choque del miércoles, cuando leales al gobierno organizaron contramanifestaciones.

El sábado por la noche, la policía antidisturbios fue desplegada otra vez en varias ciudades, incluído Belgrado, mientras la gente participaba en protestas para pedir elecciones anticipadas.

Las oficinas y banderas del partido SNS de Vučić habían sido un foco de la ira de los protestantes.

Los manifestantes también rompieron las ventanas de la sede del Partido Radical Serbio, socio de coalición del SNS.

En la última semana, se reportaron heridos en protestas en todo el país, y videos no verificados circularon en redes sociales mostrando a policías golpeando a un hombre en Valjevo.

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Michael O’Flaherty, Comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Europa, mostró preocupación el viernes por el “uso desproporcionado de la fuerza por la policía” en Serbia, urgiendo a las autoridades a “poner fin a arrestos arbitrarios y bajar la tensión”.

Vučić respondió a los eventos del sábado en Instagram, escribiendo que “la violencia es una expresión de debilidad total” y prometiendo “castigar a los agresores”.

Él ha rechazado repetidamente los llamados a elecciones anticipadas y ha denunciado las protestas como parte de un plan extranjero para derrocarlo.

El Ministerio de Exteriores ruso ofreció su apoyo al presidente de derecha prorruso.

En un comunicado, el ministerio dijo que “no podemos quedarnos indiferentes ante lo que pasa en la Serbia hermana”.

El comunicado afirmó que la policía estaba “usando métodos legales para contener a las turbas violentas” y que “el orden público, la seguridad y vidas humanas” estaban en riesgo.

Protestas casi diarias han sacudido Serbia desde noviembre, después del colapso del techo de la estación de tren en Novi Sad que mató a 16 personas.

La tragedia se convirtió en un símbolo de la corrupción arraigada en el país balcánico, con llamados iniciales por investigaciones transparentes transformándose en exigencias de elecciones anticipadas.

En su punto máximo, las protestas llevaron a cientos de miles de personas a las calles.