Ocultos en los campos: trabajadores agrícolas temen la deportación y viven en las sombras de California

Max Matza y Leire Ventas
BBC News

Desde Oxnard, California

Las mujeres se agachan inmóviles, arrodilladas entre interminables hileras de arbustos frutales, casi ocultas a la vista.

"¿Son de ICE?", pregunta una de ellas, una trabajadora agrícola con sombrero y un pañuelo morado, con miedo en la voz.

Después de asegurarle que no somos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que ha estado allanando granjas cercanas y arrestando trabajadores durante la última semana, ella endereza la espalda, levantándose un poco del suelo.

"¿Han visto furgonetas de ICE? ¿Hay patrullas por ahí?". Aún desconfía y no sabe si es seguro salir.

Esta mujer, una migrante indocumentada de México, lleva dos años cosechando frutos en Oxnard, California, un pueblo que se enorgullece de ser la "capital mundial de la fresa".

Al terminar su turno el miércoles, ella y sus compañeras se escondieron en los campos, esperando que un amigo las recogiera, sin saber si era seguro salir al estacionamiento.

Activistas locales dicen que, el día anterior, agentes de ICE visitaron nueve granjas en Oxnard, pero, sin órdenes de registro, les negaron la entrada y, en cambio, arrestaron a 35 personas en las calles cercanas.

Estas redadas son parte del objetivo del presidente Donald Trump de arrestar a 3,000 inmigrantes indocumentados por día. Durante su campaña, prometió deportar a extranjeros acusados de crímenes violentos, una promesa que recibió apoyo, incluso entre algunos hispanos.

Pero en Los Ángeles hubo protestas callejeras, a veces violentas, lo que llevó a Trump a enviar al ejército, algo muy discutido.

"Nos tratan como criminales, pero solo vinimos a trabajar y tener una vida mejor", dice la mujer, que dejó a sus hijos en México hace dos años y espera regresar con ellos el próximo año.

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"Ya no queremos salir de casa. Ni siquiera ir a la tienda. Tenemos miedo de que nos atrapen".

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Lucas Zucker, un organizador comunitario en la costa central de California, dice que no se veían redadas masivas en zonas agrícolas desde hace 15 años.

Pero eso cambió esta semana.

"Están barriendo comunidades inmigrantes como Oxnard sin discriminar, buscando a cualquiera para cumplir sus metas políticas", afirma.

Más del 40% de los trabajadores agrícolas en EE.UU. son indocumentados, según un informe del Departamento de Agricultura de 2022. En California, superan el 75%, según la Universidad de California, Merced.

Las redadas en granjas y negocios agrícolas se han intensificado este mes en todo el país.

Los arrestos generan temor a escasez de alimentos si los migrantes son detenidos u obligados a esconderse.

El impacto no ha pasado desapercibido en la Casa Blanca. Aunque ganó las elecciones prometiendo deportaciones masivas, Trump reconoció el jueves el daño a la agricultura.

"Nuestros agricultores están sufriendo. Tienen buenos trabajadores, algunos llevan 20 años con ellos. No son ciudadanos, pero son excelentes".

En abril, sugirió que algunos migrantes podrían seguir trabajando legalmente si su empleador los recomienda y salen del país primero.

Un video de Instagram muestra el resultado de una redada en Oxnard: un hombre corre entre cultivos, perseguido por agentes a pie y en camionetas, hasta que cae al suelo y es arrestado.

El miércoles, la BBC vio un camión de la Patrulla Fronteriza estacionado fuera de una empresa de transporte de productos orgánicos. Un guardia dijo que no era una operación de ICE, pero muchos trabajadores no fueron a laborar por miedo.

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Raquel Pérez, dueña del restaurante Casa Grande Café, vio agentes intentar entrar a una empacadora de vegetales. Hoy, solo tiene un cliente en hora pico, pues los trabajadores agrícolas se quedaron en casa.

"Nadie vino hoy", dice su madre, Paula. "Todos estamos nerviosos".

Raquel teme más por su negocio ahora que durante la pandemia, cuando sus clientes seguían trabajando.

"No entienden el efecto dominó de esto", dice sobre las redadas. Empresas vecinas, como una vendedora de tarimas y un taller mecánico, ya cerraron.

"Si no recogen las fresas o verduras, no habrá qué empacar, ni camiones que las transporten".

Óscar, un migrante que vende fresas desde su camioneta, dice que las redadas afectan sus ventas y su sueño de legalizarse.

"La gente sale menos y compra menos. Tengo miedo, pero debo trabajar para mantener a mi familia".

Óscar intenta regularizar su estatus, pero, con agentes de ICE esperando fuera de los tribunales, no sabe qué hacer.

"Quedan pocas formas de estar aquí legalmente".