‘O te dan un puñetazo o te bañas en pelotas’: el indie sueco Jens Lekman sobre tocar en 132 bodas de sus fans

En una videollamada desde su apartamento en Gotemburgo, Jens Lekman reflexiona sobre las 132 bodas en las que ha tocado. «Cuando das un concierto normal, todo sigue un horario. En una boda, nunca sabes si el tío de alguien te va a dar un puñetaso o si acabarás bañándote desnudo con la pareja.» Hace una pausa. «Y eso es lo que me gusta: ponerme en situaciones raras y incómodas.»

Estas incluyen desde desmayarse dentro de una tarta nupcial enorme pero mal ventilada. «Era una boda pequeña y muchas cosas eran hechas por ellos mismos. No fue agradable darse cuenta de que se habían olvidado de los agujeros de aire.» Hasta que un hombre casi muera en la pista de baile. «Sí, eso también pasó. Pero sobrevivió.»

Puede que conozcas a Lekman como la estrella indie sueca cuyas canciones de amor melancólicas pueden romperte el corazón y hacerte reír al mismo tiempo. Quizás no sepas que, desde su canción de 2004 *If You Ever Need a Stranger (To Sing at Your Wedding)*, ha estado aceptando peticiones para hacer exactamente eso. Al principio, «eran sólo personas random que habían escuchado la canción», dice. Pero, después de que una pareja australiana compartiera un vídeo de él tocando en su boda en 2013, de repente se vio inundado de solicitudes: «Les debo mucho agradecimiento.»

En retrospectiva, siempre estuvo hecho para este trabajo. Desde principios de los 2000, Jekman ha hecho discos definidos por observaciones irónicas pero bondadosas sobre el romance y el desamor. Llamó a su álbum de 2012 *I Know What Love Isn’t* y, en *To Know Your Mission*, de 2017, Lekman nos dice que solo quiere escuchar las historias de la gente. Dice que las bodas solo han reforzado este propósito: «Quiero ser de utilidad para las personas para las que la música significa algo.»

Con el *streaming* haciéndolo cada vez más difícil vivir de la música, tocar en bodas también se convirtió en una forma de salir adelante económicamente, además de proporcionarle inspiración para sus propias canciones. Lekman cuenta una historia sobre el director John Waters, a quien recogieron haciendo autostop en el desierto de Nevada. «¿Qué demonios haces aquí fuera?», le preguntó el conductor. Waters respondió que le ayudaba a encontrar inspiración. «Eso son las bodas para mí», dice Lekman con una sonrisa.

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Su nuevo álbum se llama *Songs for Other People’s Weddings* y viene con una novela del mismo nombre escrita con David Levithan, autor de libros como *Nick and Norah’s Infinite Playlist*. Son amigos desde hace 20 años; justo antes de la pandemia, Lekman le propuso una idea sobre «mi carrera paralela como cantante de bodas», preguntándose si podría ser una serie de TV o un musical.

Levithan se apuntó inmediatamente. «La situación era tan tentadora», dice en la misma llamada. «La idea de escribir sobre estas bodas desde el punto de vista del cantante nupcial es algo que jamás se me habría ocurrido en un millón de años.»

El resultado es una «novela-con-canciones» formada a partir de lo que Lekman llama «un diálogo entre David y yo sobre el amor y las relaciones». Cuenta la historia del romance entre un cantante de bodas llamado J y su novia V, a través de 10 bodas en las que él actúa. El álbum que lo acompaña imagina lo que sucede entre los capítulos del libro: le inspiraron álbumes con historias continuadas, como *A Grand Don’t Come For Free* de The Streets y *Watertown* de Frank Sinatra.

El resultado es «pura ficción pero, al mismo tiempo, emocionalmente muy de los dos», como dice Levithan. Dado que es la historia de un cantante sueco que toca en bodas, difumina el arte y la vida: «Me encanta la confusión, y creo que no hay forma de evitarla», dice Lekman, aunque decidieron cambiar el nombre del protagonista a J: «En el primer capítulo que escribí, se llamaba Jens y era demasiado confuso», dice Levithan.

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Es parte de la diversión en la narrativa de Lekman, preguntarse cuán autobiográficos son sus románticos desventurados. Levithan dice que explica *Songs for Other People’s Weddings* a sus amigos como: «Estoy escribiendo la autoficción de otra persona». Lekman, mientras tanto, dice que es «definitivamente la historia de David», pero admite que Levithan «me pidió anécdotas, como por ejemplo, cómo es saltar de una tarta de boda».

Lekman también pudo canalizar la ruptura por la que estaba pasando en ese momento en canciones como *Wedding in Leipzig*, con sus líneas oscuramente divertidas: «Así que esta es la mesa de solteros, esta es mi gente / ¿Alguien tiene cianuro, una cuchilla o una pistola?». La canción, dice, «trata sobre lo que significa estar solo. Tengo 44 años ahora, así que definitivamente es algo en lo que pensé mucho durante ese tiempo».

Trabajar en estos sentimientos y escribir las canciones le hizo reconsiderar su relación de toda la vida con la música. «Me di cuenta de que J me estaba describiendo algo que yo aún no había formulado para mí mismo», dice Lekman. «Estaba en un punto de mi vida en el que buscaba un propósito. En esta era del streaming, la música se ha convertido en una vela perfumada. Y cantar en bodas está revirtiendo eso para mí. Empecé a tocar en bodas porque pensé que era algo divertido y raro. Y luego me di cuenta de que estos momentos eran el punto más importante en la vida de estas personas. No eres la razón por la que la gente está ahí. Tu trabajo es ser una comadrona, ayudar a llevar a estas personas a la siguiente fase de sus vidas. Era esa conexión lo que estaba buscando».

Una pareja a la que «ayudó» fue Rich Thane y su esposa, Grace Goddard, que trabajan en la industria musical. «Hemos sido mega fans desde que tenemos memoria», dice Thane, así que tenerle tocando fue «a partes iguales lo más surrealista y lo más natural del mundo». Verlo fue «una mezcla entre nuestros amigos volviéndose locos y familiares que no tenían idea de quién era pero que estaban visiblemente emocionados de que estuviera pasando. Toda la habitación compartió una alegría colectiva».

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Este deleite compartido ejemplifica el propósito de Lekman. Aún así, le sorprende la frecuencia con la que la gente quiere escuchar canciones que no parecen «apropiadas para una boda, como *Maple Leaves*, esas tristes canciones de ruptura. Pero me dicen que no solo quieren un montón de canciones felices y cursis, quieren las que reconocen el otro lado. Y creo que tienen razón en algo».

Como cantante de bodas, Lekman ha visto todo tipo de ceremonias. «Siempre es divertido tocar en la boda de un multimillonario, cuando llegan montados a caballo y hay fuegos artificiales», dice. «Pero siempre me han conmovido mucho las muy sencillas, del estilo de ‘quedamos en esta colina en este punto muy concreto que es importante para nosotros’, y es solo una pequeña reunión y una ceremonia preciosa».

En las dedicatorias de la novela, Lekman dice que espera que su presencia en estas ocasiones «resultara ser una bendición y no una maldición». El vídeo del primer sencillo del álbum, *Candy from a Stranger*, incluye imágenes de varias de las actuaciones nupciales de Lekman. «Me puse en contacto con muchas de las parejas. Por supuesto, algunas se han divorciado, ha pasado mucho tiempo», dice. «Pero, porcentualmente, parece que ha sido una bendición».

El álbum *Songs for Other People’s Weddings* sale el 12 de septiembre por Secretly Canadian. La novela, de David Levithan & Jens Lekman (Abrams, £21), ya está a la venta. Para apoyar a The Guardian, pide tu copia por £18.90 en guardianbookshop.com. Pueden aplicarse gastos de envío.