La reciente huelga de los conductores de autobús en Mallorca culminó con un acuerdo que estipuló una extensión de las horas de descanso, tanto durante la jornada laboral como a lo largo de la semana. También se acordó un incremento de los días festivos y que las horas extras fueran voluntarias en lugar de obligatorias.
Todo esto implica que el Govern Balear, a través de la Comisión de Transportes de Mallorca, deberá reestructurar los horarios y las frencuencias de los autobuses.
Por el momento, la dirección general de Movilidad del gobierno indica que será necesario analizar minuciosamente las nuevas condiciones y su impacto en el servicio de autobuses. La prioridad será garantizar que los cambios que deban implementarse no repercutan negativamente en los usuarios.
La Federación Balear de Transportes, en representación de las tres operadoras de autobús en Mallorca, afirma que se hará todo lo posible para que los nuevos horarios no menoscaben la calidad del servicio. Añade que “serán las empresas quienes tendrán que asumir la totalidad del coste”. Los trabajadores “van a ser conscientes de las complicaciones” que conllevan los ajustes. “Van a comprobar que no es nada fácil.”
Juan Rodríguez, portavoz del sindicato SATI, sostiene que los cambios no deberían ser demasiado complejos si se implementan con la buena voluntad de todas las partes y teniendo al pasajero como prioridad principal. “Un punto clave es concentrar las pausas cortas de apenas unos minutos en un descanso más prolongado.”
Los ajustes por realizar se enmarcan en un contexto de demanda creciente para los servicios del TIB. Hasta julio, esta aumentó un 5,5%, alcanzando los 16,8 millones de pasajeros.