LIMA, Perú (AP) — En una de sus primeras acciones como presidente interino de Perú, José Jerí lideró el sábado una serie de redadas en prisiones que albergan líderes de pandillas en todo el país, informó la presidencia. Esto ocurrió un día después de la destitución de su muy impopular predecesora por su fracaso en contener el aumento de la criminalidad.
Flanqueado por oficiales de élite y vistiendo una camisa blanca impecable con las mangas arremangadas, Jerí, de 38 años, envió un mensaje de mano dura contra el crimen al ingresar a la prisión de máxima seguridad Ancón I en la capital peruana, Lima. Allí supervisó registros celda por celda en busca de artículos prohibidos. Las autoridades dijeron que el operativo descubrió teléfonos móviles contrabandeados, drogas y objetos afilados usados como armas.
La visita de Jerí a Ancón I coincidió con redadas en otras tres cárceles de Perú, según reportó la oficina del presidente. Estas incluyeron la sobrepoblada prisión Lurigancho en Lima, la cárcel de máxima seguridad Challapalca en los altos Andes y la prisión El Milagro en el norte del país.
La operación penitenciaria en la madrugada sigue al rápido juicio político de la ex presidenta Dina Boluarte. Esto ocurrió horas después de un tiroteo en un concierto en Lima el viernes, que avivó la indignación pública por una ola de violencia pandillera que afecta a la nación sudamericana. El mandato de Boluarte también fue plagado por frecuentes protestas y escándalos de corrupción.
Como presidente del Congreso, Jerí era el siguiente en la línea para asumir el poder después de que los legisladores removieran a Boluarte. Se espera que el abogado conservador ocupe el cargo hasta julio del 2026, después de que el país elija un nuevo presidente en las elecciones generales programadas para el 12 de abril.
Rápidamente declaró que su prioridad era enfrentar la creciente inseguridad en Perú.
“El mal que nos aflige en este momento es la inseguridad pública”, dijo Jerí a los legisladores después de su juramentación el viernes. “El principal enemigo está en las calles. Las pandillas criminales, las organizaciones criminales, son nuestros enemigos hoy”.
Los asesinatos en Perú han aumentado recientemente: de 2,082 homicidios registrados el año pasado —la mitad de ellos asesinatos por encargo— subiendo desde solo 676 en el 2017, que era el récord anterior.
Los casos de extorsión se han disparado, de 16,333 en el 2022 a 22,348 el año pasado, mientras las pandillas criminales extraen “impuestos” de protección de un número creciente de negocios, desde bandas de música hasta empresas de transporte.
La crisis de inseguridad en Perú ha sido exacerbada por la turbulencia política que afecta al país desde el 2018. En los últimos siete años, la nación ha tenido siete presidentes. Tres fueron sometidos a juicio político —incluyendo a Boluarte— y otros dos renunciaron para evitar ser destituidos.