En esta edición de Inside Spain, analizamos los renovados intentos de exigir un permiso a los residentes extranjeros para comprar propiedades si no han vivido en el país durante cinco años, además de cómo las marcas blancas de los supermercados españoles ya no son percibidas como inferiores.
Si los compradores extranjeros de países occidentales ricos se sienten ahora en el punto de mira del gobierno español, no es difícil entender por qué.
En abril, el gobierno de Pedro Sánchez eliminó el ‘golden visa’, que otorgaba residencia a ciudadanos no comunitarios por invertir €500.000 en inmuebles.
La semana pasada, los socialistas propusieron grabar con un 100% de impuesto a compradores no residentes extracomunitarios, duplicando así el precio de la vivienda.
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También se han planteado limitaciones a la compra por extranjeros en Canarias y Baleares.
Pero la propuesta más radical vino de ERC: exigir un permiso previo a residentes temporales para comprar si aún no tienen residencia permanente (cinco años en España).
El Congreso rechazó esta idea en abril, pero ERC insiste en aplicarla solo en Cataluña.
El sistema requeriría solicitar una autorización regional, comprobando cinco años de residencia continua, excluyendo así a titulares de tarjetas temporales.
“No puede ser que una empresa en el otro extremo del mundo compre viviendas para especular”, declaró la diputada Mar Besses.
Elisenda Alamany, de ERC, defendió: “Queremos que quien compre muestre compromiso con la ciudad, para garantizar nuestra identidad y modo de vida.”
Sus argumentos son válidos, pero parecen apuntar más a fondos de inversión que a residentes temporales. ¿Acaso su intención de establecerse en Cataluña es “especulación”?
La línea entre grandes inversores y particulares con una segunda residencia se difumina, como ya ocurre con la regulación de Airbnb.
Manifestantes sostienen una pancarta que dice ‘El barrio no está en venta’ durante una protesta por el acceso a la vivienda en Barcelona, 23 noviembre 2024. (Foto: Josep LAGO / AFP)
En otro ámbito, hace no mucho en España comprar Hacendado de Mercadona casi definía tu clase social.
Se asumía que lo barato era sinónimo de peor calidad, ignorando los menores costes de distribución y márketing de las marcas blancas.
Afortunadamente, los españoles han superado ese prejuicio: ahora compran un 20% más de marcas blancas que en 2003, según Kantar para *Expansión*.
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El porcentaje varía: Lidl (82,1%), Mercadona (74,5%), Carrefour (40%), Día (57%).
No se trata solo del coste de vida: los supermercados han creado gamas premium propias, rompiendo el monopolio de las marcas líderes.
Hoy, la marca blanca ya no es “la peor opción” sino “la más económica”, y ese cambio de percepción marca la diferencia.
Eso sí, su mejora en calidad y reputación tiene un lado negativo: son cada vez más caras. Pero, ¿qué no lo es hoy en día?
