Nuevo Impuesto a los Taxis en el Reino Unido Genera Alarmas de Seguridad

Un impuesto propuesto para los trayectos en taxi y vehículos de alquiler con conductor (VTC) en el Reino Unido ha generado una creciente preocupación por la seguridad de las mujeres que viajan solas.

El plan, al que se opone el sindicato GMB, podría encarecer las tarifas y reducir el acceso a un transporte seguro, en un momento en el que muchas mujeres ya manifiestan sentirse inseguras al viajar de noche.

Antecedentes del plan

Según los informes, el gobierno se dispone a aplicar un IVA del 20 por ciento a los trayectos en vehículos de alquiler con conductor y minicabs. Los cálculos del sector sugieren que esta medida podría generar unos 750 millones de libras anuales en ingresos.

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Esta iniciativa se produce tras un cambio en la clasificación fiscal de los operadores de VTC, lo que significa que servicios antes exentos ahora podrían estar sujetos al IVA. La patronal del sector afirmó que “un IVA del 20 por ciento en los trayectos de VTC” “afectaría más duramente a los trabajadores”.

Operadores y colectivos advierten de que el gravamen incrementará los costes para los conductores, elevará las tarifas y reducirá la disponibilidad de transporte seguro durante la madrugada, especialmente para los más vulnerables.

Qué dicen los expertos

Los grupos sectoriales insisten en que la medida va mucho más allá de un simple ajuste de precios. La campaña “Stop the Taxi Tax” sostiene que las tarifas más elevadas disuadirán a muchos de usar taxis, particularmente de noche, socavando así los avances en el acceso a un transporte seguro.

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Los analistas estiman que las tarifas podrían aumentar en torno a un 2,5 por ciento de media, siendo los usuarios rurales y nocturnos los más perjudicados, dado su alto grado de dependencia del taxi cuando el transporte público es escaso.

Temor por la seguridad de las mujeres

Los colectivos en defensa de la seguridad de las mujeres han centrado en este punto sus críticas. Alertan de que incrementar el coste de taxis y VTC en un momento en el que muchas mujeres ya se sienten inseguras resulta peligroso.

Un estudio de Plan International UK reveló que el 62 por ciento de las chicas y mujeres jóvenes de 14 a 21 años usa taxis al menos una vez al mes por motivos de seguridad, gastando unas 44 libras mensuales para evitar caminar o usar el transporte público nocturno.

Cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales muestran que el 58 por ciento de las mujeres de 16 a 34 años se sentía “muy o bastante insegura” usando el transporte público sola después del anochecer.

Los críticos afirman que el nuevo impuesto corre el riesgo de excluir a las mujeres de la que consideran la opción más segura. Una organización benéfica señaló que, si suben las tarifas, las mujeres podrían enfrentarse a la disyuntiva de caminar o esperar opciones de transporte más arriesgadas. En zonas rurales y suburbanas, las alternativas nocturnas suelen ser limitadas, lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad.

La postura sindical

El sindicato GMB declara que este impuesto volverá inasequible el transporte seguro y que esto no es solo una cuestión empresarial, sino de seguridad pública. Sostiene que las mujeres que dependen de los VTC para regresar a casa tras el trabajo o eventos sociales podrían verse expuestas a un mayor riesgo.

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Por qué importa ahora

La propuesta llega en un momento en el que la sensación de seguridad de las mujeres en el espacio público sigue siendo frágil. Las encuestas muestran que la mitad de las mujeres se sienten inseguras caminando solas de noche y a menudo evitan ciertas zonas o modos de desplazamiento.

Los activistas temen que el impuesto pueda revertir los progresos recientes en movilidad de la mujer y afecte desproporcionadamente a las mujeres más jóvenes y con menos recursos, particularmente en zonas con malas conexiones de transporte.

El llamado impuesto al taxi va más allá de las tarifas. Plantea preguntas urgentes sobre cómo se interrelacionan el coste, la seguridad y el acceso, especialmente para aquellas mujeres que ya planifican sus trayectos teniendo en cuenta su seguridad personal.

Los críticos aseguran que, a menos que se introduzcan medidas para paliar su impacto, el impuesto podría dificultar el acceso a un transporte seguro en lugar de facilitarlo. El gobierno se enfrenta ahora a una decisión crucial: proceder con una medida que puede limitar las opciones de movilidad de las mujeres o reconsiderarla a la luz de las preocupaciones sobre seguridad e igualdad.