Una vez más, las autoridades alemanas aparentemente rechazaron permitir a Ryanair operar un vuelo de reemplazo después de que un piloto realizara un aterrizaje de emergencia la noche del 4 de junio.
El vuelo despegó de Berlín con destino a Milán, Italia, a las 19:38, pero se topó con una fuerte tormenta eléctrica que causó daños en edificios en la zona de Baviera, y el piloto decidió que debía hacer un aterrizaje forzoso, ya que se entendió que varios pasajeros resultaron heridos.
Finalmente, el Boeing 737, de 15 años, no pudo aterrizar en el aeropuerto principal de Múnich y continuó hasta el mucho más pequeño aeropuerto de Memmingen, ubicado unos 115 km más allá, donde se descubrió que hasta nueve pasajeros necesitaban algún tipo de atención médica.
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Según un informe de la policía bávara, tres pasajeros, incluido un niño de dos años, fueron trasladados a un hospital local, mientras que los otros seis recibieron atención en el aeropuerto.
De acuerdo con los protocolos, el capitán había informado al personal en tierra antes del aterrizaje de que había heridos a bordo, por lo que los equipos médicos estaban preparados y pudieron asistir a los afectados de inmediato.
Ryanair solicitó permiso para introducir un avión sustituto que permitiera llevar a los pasajeros al aeropuerto de Malpensa en Milán, pero esta petición fue denegada por las autoridades alemanas, que han prohibido un número significativo de vuelos nocturnos.
Nueve pasajeros de Ryanair heridos por tormenta en Alemania, mientras otros tuvieron que continuar el viaje por tierra
Se acordó que un nuevo avión podría incorporarse la mañana del 5 de junio, ofreciendo alojamiento nocturno a los pasajeros, pero además, para quienes necesitaban estar en Milán esa misma noche, se dispuso un autobús para cubrir el trayecto terrestre de unos 380 km, que se esperaba durara más de cuatro horas.
A menudo se culpa a Ryanair por problemas que incomodan a los viajeros, pero en este caso, parece que la compañía hizo todo lo posible por resolver la situación—que no fue culpa suya—de la manera más rápida.
En esta ocasión, parece que las autoridades estaban más interesadas en mantenerse firmes que en considerar las necesidades de los pasajeros, especialmente tras una experiencia tan traumática.
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