Las inundaciones causaron un caos en el transporte de la popular isla vacacional de Ibiza por segunda vez en dos semanas este sábado, mientras que nuevas lluvias torrenciales azotaban la región mediterránea del país.
Ibiza —famosa por sus playas prístinas y su vida nocturna— cerró la principal vía rápida hacia el aeropuerto, donde grabaciones en redes sociales mostraban agua filtrándose en la terminal, y suspendió brevemente todo el transporte público.
Todas las operaciones en el aeropuerto de Ibiza se interrumpieron por más de una hora mientras se limpiaba la pista, cancelándose 24 de los 295 vuelos previstos, según el operador Aena.
En la vecina isla de Mallorca, fueron cancelados 19 de los 942 vuelos programados.
Vehículos avanzaban lentamente a través de turbias aguas de inundación en Ibiza y la cercana Formentera, con un cielo oscuro, truenos y relámpagos de fondo; según vídeos en redes sociales, algunos conductores necesitaron ser rescatados.
Refuerzos de la unidad de emergencias del ejército español se desplegaron desde la península para auxiliar en las tareas de bombeo de agua.
Ibiza, Formentera y Mallorca enviaron alertas telefónicas masivas advirtiendo a los residentes que evitarn viajes innecesarios y las proximidades de cursos de agua.
La caída de un rayo sobre un cable eléctrico en Formentera dejó sin suministro a 576 usuarios, mientras que otros 300 aproximadamente también se vieron afectados en Menorca, Ibiza y Mallorca, según informó el gobierno autonómico balear.
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En la región oriental de Valencia, las autoridades alertaron de más “lluvias intensas y tormentas localizadas” a partir de las 20:00 (18:00 GMT), señalando que se habían registrado 571 incidentes allí desde el inicio del aviso meteorológico a principios de esta semana.
En el municipio valenciano de Carcaixent, la tormenta descargó 110 litros por metro cuadrado de lluvia en solo una hora, inundando rápidamente las calles, indicó el servicio meteorológico regional Avamet.
A finales de septiembre, enormes aguaceros provocaron inundaciones localizadas y el cierre de playas y colegios en Ibiza y Valencia, lo que revivió los dolorosos recuerdos de las inundaciones del año pasado que se saldaron con más de 200 fallecidos.
Dado que una atmósfera más cálida contiene más agua que se evapora de un mar Mediterráneo que se calienta rápidamente, el cambio climático incrementa el riesgo y la intensidad de las inundaciones provocadas por lluvias extremas en la región.