Un nuevo mapa de la provincia de Málaga esboza una red ferroviaria de ensueño que conectaría prácticamente cada rincón por tren, desde Nerja al este hasta Estepona al oeste, adentrándose incluso en pueblos del interior que llevan décadas desconectados del ferrocarril.
El diseño imagina una reforma integral de las conexiones ferroviarias provinciales a una escala nunca intentada por planificadores regionales o nacionales – una transformación que, según argumentan los residentes, la región merece sobradamente.
El mapa muestra la línea de cercanías C-1 extendiéndose hacia el sur desde Fuengirola hasta Marbella y Estepona, atravesando La Cala de Mijas, Calahonda y las urbanizaciones costeras.
Este mapa, que no es oficial, muestra no solo un tren costero, sino también lineas que enlazan con pueblos del interior.
También proyecta extender la misma línea hacia el norte, al centro de Málaga, con una nueva terminal en Málaga Parque, cerca de La Malagueta.
Hacia el interior, una propuesta línea C-3 reconectaría Coín, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre con la capital – municipios que contaron con servicio ferroviario en el pasado pero que lo perdieron hace más de medio siglo.
Otra nueva línea, la C-4, restablecería el tren entre Málaga y Vélez-Málaga para luego continuar hasta Nerja, mientras que un servicio regional se adentraría aún más al este, hacia Motril y Almería.
Hacia el norte, el plan recupera los históricos enlaces con Córdoba, Antequera y Granada, y prolonga la línea existente desde Álora hasta El Chorro y el Caminito del Rey.
La línea también se extendería más allá de Estepona, parando en la largamente olvidada Sabinillas antes de dirigirse hacia Algeciras – posiblemente con una parada también en La Línea-Gibraltar.
La envergadura de esta red imaginada ha calado hondo debido a que la provincia, de rápido crecimiento, cuenta con una infraestructura de transportes completamente insuficiente.
La provincia de Málaga tiene en la actualidad alrededor de dos millones de residentes – una cifra que se dispara dramáticamente en verano con la llegada de cientos de miles de turistas y propietarios de segundas residencias.
Sin embargo, su sistema de cercanías se limita a dos lineas de corto recorrido: una entre Málaga y Fuengirola, y otra entre Málaga y Álora.
Municipios enteros con decenas de miles de habitantes, incluidos Coín y Vélez-Málaga, carecen de acceso ferroviario.
Marbella, con una población que supera los 150.000 habitantes, es la ciudad más grande de España sin estación de tren y depende casi por completo del tráfico rodado para mover a residentes, trabajadores y turistas a lo largo de una costa gravemente congestionada.
Estos cuellos de botella llevan mucho tiempo planteando dudas sobre cómo puede funcionar una región que atrae a millones de visitantes internacionales cada año con tan escasas opciones ferroviarias.
Los aeropuertos de Valencia, Alicante y Palma de Mallorca disponen de conexiones ferroviarias mucho más extensas a pesar de dar servicio a poblaciones similares o menores.
Incluso dentro de Andalucía, provincias con una demanda estacional más baja, como Cádiz y Sevilla, cuentan con servicios regionales más frecuentes y mejor conectados.
Los economistas del transporte argumentan que la geografía de la Costa del Sol encarece la expansión ferroviaria, pero también señalan que su densidad de población, flujos turísticos y mano de obra durante todo el año generan una de las demandas más sólidas para nuevas líneas en toda España.
El mapa que circula esta semana incluye el logo de Renfe y emula el diseño de los planos oficiales de Cercanías, pero no hay indicios de que sea más que una quimera, carente de respaldo formal.
Ni Renfe ni el Ministerio de Transportes han anunciado financiación para las líneas mostradas, aunque varias de las ideas –especialmente la tan debatida extensión a Marbella– han surgido repetidamente en debates políticos sin llegar nunca a materializarse.
Por ahora, este diseño viral refleja lo que muchos residentes ya afirman que la provincia necesita urgentemente: una red ferroviaria acorde a su tamaño, su economía y la realidad cotidiana de desplazarse por una de las regiones de más rápido crecimiento de España.
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