Nueva polémica por racismo en la región de Murcia tras decisión del ayuntamiento de Jumilla
El concejo de Jumilla votó a favor de prohibir celebraciones religiosas islámicas en instalaciones deportivas municipales y campos de fútbol, desatando controversia.
Estos actos se llevaban a cabo desde hace años sin incidentes, con asistencia de hasta 1.500 musulmanes.
La medida llega tras los disturbios racistas en Torre Pacheco en julio, provocados por mensajes en redes que pedían "venganza" por un ataque a un anciano español.
JUMILLA, AL NORESTE DE MURCIA
El Partido Popular (PP) controla el ayuntamiento gracias al apoyo de un único edil de Vox, Juan Agustín Navarro.
Cabe destacar que el presupuesto municipal debe aprobarse en los próximos días, lo cual requiere el respaldo del concejal de Vox.
Agustín Navarro propuso modificar las normativas sobre el uso de espacios públicos. Tras enmiendas, el PP respaldó la iniciativa, que Vox calificó como la "primera medida en España que prohíbe festividades islámicas en lugares públicos".
Esto podría impedir celebraciones como las oraciones del fin del Ramadán o la Fiesta del Cordero en áreas municipales la próxima primavera.
Vox declaró: "Evita la consolidación de prácticas culturales ajenas a la tradición española, que afectan la cohesión social, generan tensiones y erosionan la identidad nacional".
Francisco Lucas, secretario general del PSOE en Murcia, criticó el voto: "No aprendieron nada de Torre Pacheco y siguen alimentando odio, provocando una fractura social con consecuencias imprevisibles".
"El PP viola valores constitucionales y arriesga la convivencia solo por aferrarse al poder", añadió.
Podemos anunció que llevará esta "última barbaridad del PP y Vox" a la Fiscalía. Víctor Egio, responsable de comunicación de Podemos Murcia, afirmó: "Los espacios públicos son de todos: cristianos, musulmanes, budistas o quienes no profesan religión".
"El artículo 14 de la Constitución prohíbe discriminación por nacimiento, sexo o religión, y garantiza la libertad de culto", recordó.
Mounir Benjelloun, presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, señaló en El País que lo sucedido en Jumilla refleja la creciente amenaza de la ultraderecha:
"No están en contra de otras religiones, sino de la nuestra. Es una propuesta islamófoba, una norma discriminatoria para que solo los musulmanes no puedan celebrar sus festividades".
"Nos sorprende lo que ocurre en España. Vemos un cambio radical. Era un país donde se trabajó duro por la paz y libertad, pero por primera vez en 30 años, tengo miedo", admitió Benjelloun.
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