El gobierno de Alberta completó en 2025 los fundamentos legales finales de su nuevo sistema de salud, y la premier **Danielle Smith** dice que en 2026 está trabajando para demostrar que valió la pena.
La masiva reorganización implicó desmantelar **Alberta Health Services** como autoridad sanitaria provincial y relegaarlo a un proveedor de servicios hospitalarios.
Smith dijo que, con una pieza importante de legislación aprobada en la sesión de otoño, el esfuerzo de reestructuración “está prácticamente terminado”.
Nuevas agencias de salud gobiernan ahora la atención hospitalaria, los cuidados continuados, la salud mental y adicciones, y la atención primaria, bajo la dirección de los cuatro ministerios de salud de Smith.
“Así que ahora es cuestión de que cada una de esas áreas se optimice”, dijo Smith.
La premier reconoció los desafíos.
Prometió un nuevo panel público que mostraría la disminución de los tiempos de espera en urgencias, para ambulancias y cirugías, junto con 1.500 nuevas plazas anuales en cuidados continuados.
“La gente podrá empezar a observar y ver —en todos esos frentes— el progreso que estamos haciendo”, afirmó.
Dijo que la medida de su gobierno de permitir que más enfermeras profesionales abran consultorios en la provincia es parte de la razón por la que menos albertanos carecen ahora de un proveedor de atención primaria.
Smith ha sido durante mucho tiempo crítica con lo que llamó la burocracia inflada de AHS, prometiendo durante su exitosa campaña de liderazgo del UCP hacer una limpia.
Cuando se le preguntó si su gobierno asumirá toda la responsabilidad por la atención sanitaria una vez que las piezas estén en su lugar, la premier asintió.
“Sí, y también responsabilizaremos a nuestros proveedores”, dijo, señalando que la agencia aún representa la mayor parte del presupuesto de salud.
También rechazó la idea de que había usado a la organización como chivo expiatorio.
“¿Es usar de chivo expiatorio el decir que la gente espera un mejor servicio? Yo no soy quien presta el servicio en el hospital”, cuestionó.
El esfuerzo continuo de Smith por rehacer, reensamblar y reanimar las piezas del sistema no ha sido su único desafío este último año.
Comenzó bajo la amenaza de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump.
Smith recibió críticas por posar en fotos con Trump en medio de un aumento del patriotismo canadiense, pero defendió su enfoque diplomático.
“Creo que nos ha funcionado. Terminamos con el 97% de nuestros productos cruzando la frontera libres de aranceles”, dijo, reconociendo que aquellas provincias dependientes de exportaciones de acero, aluminio, vehículos o madera no les fue tan bien como a la industria petrolera y gasística de Alberta.
Después de meses de exigirle cosas al primer ministro Mark Carney, firmó un acuerdo preliminar con Ottawa para trabajar en la construcción de un nuevo oleoducto hacia la costa oeste.
Smith también dejó su huella en las normas democráticas.
Su gobierno invocó la cláusula de no obstante cuatro veces en la sesión de otoño, forzando a los maestros en huelga a volver al trabajo y protegiendo de impugnaciones judiciales las leyes de su gobierno que afectan a albertanos transgénero y de género diverso.
Críticos, incluido el opositor NDP de Alberta, han dicho que el uso que Smith hace de la cláusula atropella a los tribunales, el estado de derecho y la democracia.
Pero Smith dijo que su gobierno necesitaba actuar en circunstancias excepcionales para proteger a los niños en Alberta.
El UCP de Smith cambió la ley dos veces para allanar el camino a referéndums ciudadanos, incluida una pregunta sobre la separación de Alberta de la Confederación.
Su impulso por una democracia más directa dio voz a otro tipo de descontento, ya que ella y muchos en su bancada enfrentan campañas de petición de revocatorio que se arrastrarán hasta el Año Nuevo.
Mientras tanto, el gobierno de Smith ha sido perseguido por acusaciones de corrupción en el gasto sanitario y por las demandas del NDP opositor de una investigación pública.
Uno de sus propios ministros, Peter Guthrie, renunció en primavera por el manejo del escándalo por parte del gobierno.
Guthrie pronto se encontró expulsado de la bancada y ahora se organiza para construir un rival partido político conservador progresista.
El líder del NDP opositor, Naheed Nenshi, dijo que la salida de Guthrie del UCP fue el comienzo de una intensa inestabilidad en un gobierno que ha perdido de vista las prioridades de los albertanos.
Dijo que avivar el fuego del separatismo solo impulsó a más de 400.000 albertanos a firmar una petición a favor de permanecer en la Confederación.
“Todo lo que intentan para recuperar su popularidad les ha salido mal”, afirmó.
Nenshi dijo que cree que la premier tiene tendencia a atacar a quienes no están de acuerdo, desde lo que Smith llama “tribunales activistas” hasta ciudadanos lo suficientemente enojados como para intentar revocar a miembros del gobierno.
Sobre la atención sanitaria, Nenshi dijo que todos los trabajadores del sector dirán que el “caos” de la reestructuración no les ayuda a hacer su trabajo.
“No hay un solo albertano que crea que el sistema funciona mejor ahora que hace seis años. Ni uno”.
Dijo que, a pesar de la promesa de Smith de responsabilizar a AHS, ella dirige AHS desde que asumió el cargo.
“Todo esto es cosa suya, y ya no puede salirse con la suya”.