Teletrabajador en España durante una sesión de oficina en casa.
Crédito: Pixel-Shot, Shutterstock
El teletrabajo ha venido para quedarse en España. Lo que comenzó como una solución de emergencia durante la pandemia se ha convertido, para muchos, en una forma de ganarse la vida sorprendentemente cómoda. Y ahora que el país ha tenido varios años para asentarse en este nuevo ritmo, el gobierno está endureciendo las normativas.
Una nueva reforma de la legislación española sobre teletrabajo ha entrado en vigor, y está llamada a redefinir la relación entre las empresas y sus empleados a distancia. Algunos cambios aportan mayor claridad, otros conllevan más obligaciones, y unos pocos introducen protecciones largamente esperadas.
Si trabajas desde casa, aunque sea parcialmente, esto es lo que realmente importa.
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Por fin, una definición adecuada del teletrabajo
Empecemos por lo básico: ¿qué se considera teletrabajo?
Hasta ahora, la respuesta dependía de a quién se le preguntara. Algunas empresas insistían en que solo era teletrabajo si se realizaba desde casa toda la semana. Otras estiraban tanto la definición que nadie sabía a ciencia cierta cuáles eran sus derechos.
Esa confusión se acaba en 2025.
En adelante, quedará bajo el amparo de la ley española de teletrabajo aquel que preste sus servicios a distancia, al menos, el 30 por ciento de su jornada en un periodo de tres meses. Esto incluye a los trabajadores híbridos, algo crucial para quienes reparten su tiempo entre el hogar y la oficina.
En la práctica, esto significa que más trabajadores se beneficiarán de las protecciones legales asociadas al teletrabajo, y las empresas no podrán eludir responsabilidades tachando los días remotos de “flexibilidad” en lugar de teletrabajo.
El acuerdo por escrito de teletrabajo se vuelve obligatorio
Si hasta ahora trabajabas desde casa a base de unos cuantos correos electrónicos y un “ya lo arreglaremos”, se acabó.
España exige ahora un acuerdo formal por escrito entre empresario y empleado. Este debe especificar:
- Tu horario laboral.
- Los momentos en que se espera que estés localizable.
- El equipamiento que utilizarás.
- Quién paga qué.
- Cómo y cuándo puedes volver al trabajo presencial.
Y he aquí un nuevo detalle clave: el acuerdo debe revisarse anualmente.
Esto otorga a ambas partes margen para renegociar cuando cambien las cargas de trabajo, se deteriore el equipo o simplemente evolucione la vida del trabajador; algo que, en el mundo del teletrabajo, sucede a menudo.
La desconexión digital deja de ser opcional
Casi todo el que ha trabajado desde casa lo ha vivido: el “mensaje rápido” que llega a las 22:45, el correo del fin de semana que inexplicablemente requiere respuesta inmediata, la sensación de que la jornada laboral ha perdido su interruptor de apagado.
La reforma de 2025 refuerza el derecho a la desconexión, obligando a las empresas a establecer normas internas para que los empleados puedan disfrutar de verdad de su tiempo libre sin sentirse presionados sutilmente a responder.
Existen sanciones para las compañías que no se tomen esto en serio, una señal de que España quiere que el teletrabajo sea flexible, no agotador.
Los gastos deben ser sufragados, no estimados o negociados
Esta es la parte que la mayoría de los teletrabajadores estaban esperando.
A partir de 2025, las empresas deben cubrir todos los costes asociados al teletrabajo, incluyendo:
- Internet.
- Electricidad.
- Equipos de trabajo.
- Mantenimiento.
Puedes recibir una asignación periódica o un reembolso, pero una cosa queda ahora clara:
trabajar desde casa no debería costarte dinero.
Para muchos que vieron dispararse su factura eléctrica en los últimos años, esta reforma corrige un desequilibrio largamente ignorado.
El teletrabajo se convierte en una herramienta para la igualdad
Otro cambio importante afecta a los trabajadores en circunstancias especiales. Las personas con responsabilidades familiares, discapacidad o situaciones personales complejas tendrán ahora acceso prioritario al teletrabajo.
Está diseñado para prevenir discriminaciones y reconocer que el teletrabajo puede facilitar la vida de ciertos colectivos, y que no debería depender de que a un manager “le guste la idea”.
Las normas de salud y seguridad te siguen a casa
Esto sorprende a muchos nuevos teletrabajadores: la legislación en materia de salud y seguridad no se detiene en la puerta de la oficina.
A partir de 2025, las empresas deben asegurarse de que tu espacio de trabajo en casa cumple con los estándares básicos de seguridad. Esto no significa que alguien se presentará sin aviso en tu puerta. Las evaluaciones pueden realizarse a distancia, y las visitas in situ requieren de tu aprobación.
Se trata principalmente de postura, iluminación, equipamiento y prevención de lesiones a largo plazo; aspectos que la mayoría de las empresas han tradicionalmente ignorado cuando el trabajador está en su domicilio.
Entonces, ¿quién gana y quién pierde?
En resumen:
- Los trabajadores obtienen derechos más claros, reembolsos de gastos y un entorno laboral más seguro.
- Las empresas ganan en seguridad jurídica, pero asumen más responsabilidades administrativas.
Y si bien la reforma exige más estructura a los empleadores, también ofrece la oportunidad de consolidar el teletrabajo como un modelo a largo plazo, y no como un simple hábito de emergencia que nunca llegó a regularse debidamente.
Cómo prepararse
Si eres empleado:
- Asegúrate de obtener un acuerdo por escrito.
- Calcula tus gastos reales de teletrabajo.
- Infórmate sobre la nueva política de desconexión de tu empresa.
Si eres empresario:
- Actualiza tus normas internas.
- Prepara evaluaciones adecuadas.
- Presupuesta los costes del teletrabajo.
El teletrabajo no está desapareciendo. Más bien, España lo está haciendo más sólido, y mucho más seguro, para quienes dependen de él a diario.
