Al menos 15 palestinos, incluyendo ocho niños y dos mujeres, murieron en un ataque israelí cerca de un punto médico en el centro de Gaza, según un hospital local.
El Hospital Mártires de Al-Aqsa informó que el ataque golpeó a personas que hacían fila para recibir suplementos nutricionales en la ciudad de Deir al-Balah. Videos gráficos mostraron los cuerpos de varios niños y otros heridos tirados en el suelo mientras los médicos los atendian.
El ejército israelí dijo que su objetivo era un "terrorista de Hamás" en la zona, pero lamentó "cualquier daño a civiles no involucrados" y afirmó que el incidente estaba "bajo investigación".
Ese mismo día, 26 personas más murieron en otros ataques en Gaza, mientras las delegaciones de Israel y Hamás seguían negociando en Doha un posible alto al fuego y la liberación de rehenes.
A pesar del optimismo de EE.UU., que actúa como mediador junto a Qatar y Egipto, no parece que haya avances significativos.
En la morgue del Hospital Al-Aqsa, familiares lloraban mientras envolvían a los niños muertos en mortajas blancas antes de los rezos funerarios.
Una mujer, Intisar, contó a la BBC que su sobrina embarazada, Manal, y su hija, Fatima, estaban entre las víctimas. "Ella estaba en la fila para conseguir suplementos para los niños cuando ocurrió el ataque… No sé qué pasó después", dijo.
Otra mujer gritaba: "¿Por qué pecado los mataron? Morimos ante los ojos del mundo entero. Si no nos mata el ejército israelí, morimos por falta de ayuda".
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon que atacaron a un miembro de las fuerzas élite Nukhba de Hamás, vinculado al ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel. Sin embargo, reconocieron informes sobre "heridos en la zona" y reiteraron su "lamento por daños a civiles".
Mientras, las negociaciones en Doha avanzan lentamente. Un alto funcionario israelí dijo que podría tomar "una o dos semanas" lograr un acuerdo. Si se acordara un alto al fuego de 60 días, Israel exigiría el desarme de Hamás, de lo contrario, continuaría las operaciones militares.
Hamás, por su parte, acusó a Israel de "intransigencia", aunque afirmó estar dispuesto a liberar 10 rehenes. Pero exige un acuerdo "integral" que termine la ofensiva israelí.
Desde el 7 de octubre, cuando Hamás atacó el sur de Israel (matando a 1,200 personas y secuestrando a 251), el ejército israelí ha mantenido una campaña en Gaza.
Según el Ministerio de Salud de Gaza (controlado por Hamás), al menos 57,680 personas han muerto. Además, el 90% de las casas están destruidas, los sistemas de salud, agua y saneamiento colapsaron, y hay escasez de comida, medicina y refugio.
La mayoría de la población ha sido desplazada varias veces, viviendo en condiciones inhumanas.