Creciendo en la Nigeria posindependiente de los años 70, en casa siempre tenías acceso a la Biblia si eras cristiano, o al Corán si eras musulmán, junto con libros de la Serie de Escritores Africanos de Heinemann. Things Fall Apart de Chinua Achebe era un básico, y las obras de Wole Soyinka: The Lion and the Jewel, probablemente, o The Trials of Brother Jero. A menudo los acompañaban libros de Ngũgĩ wa Thiong’o—recuerdo que teníamos tanto Weep Not Child como The River Between. Y si no los tenías en casa, pronto los encontrabas en la escuela: eran textos obligatorios, desde secundaria hasta la universidad.
Estos tres escritores pertenecían a la llamada primera generación de la literatura africana, la que empezó a publicar en los años 50 y 60. Sus nombres sostenían, como las patas de una olla de tres pies, la literatura africana, mientras dentro se cocinaba lo que sus mentes imaginaban. Compartían temas similares: proindependencia, panafricanismo, teoría poscolonial, pero estilísticamente eran muy distintos. El keniata Ngũgĩ, a diferencia de los dos nigerianos, enfrentó obstáculos políticos muy duros, lo que lo llevó a tomar posturas radicales sobre política y lenguaje.
En 1955, al volver a casa de vacaciones, encontró su hogar familiar destruido por soldados coloniales británicos. Su pueblo natal, Limuru, había sido arrasado. Esto ocurrió durante la "emergencia", como los británicos llamaban al levantamiento Mau Mau. Este incidente marcó sus primeras novelas, escritas en inglés bajo el nombre de James Ngugi antes de abandonar el inglés y cambiarse el nombre a Ngũgĩ wa Thiong’o.
En los 60-70, como profesor en la Universidad de Nairobi, luchó por cambiar el plan de estudios: de Literatura Inglesa a Literaturas en Inglés. Fue un paso clave para otros departamentos en África, al exigir igualdad entre la literatura inglesa y otras literaturas, especialmente las africanas.
Para Ngũgĩ, el escritor era un maestro para los africanos recién independizados, que luchaban por entender el mundo moderno impuesto por el colonialismo. Sus obras de teatro, como The Trial of Dedan Kimathi, eran teatro comunitario, político y crítico, lo que provocó protestas y su arresto bajo el régimen de Daniel Arap Moi.
El exilio, arrestos y detenciones eran ritos de paso para esta generación. El exilio de Ngũgĩ llevó su obra a nuevos públicos, donde escribió ensayos clave como Decolonising The Mind. También abandonó el inglés por su lengua materna, el gikuyu, no por utilidad, sino como símbolo de descolonización.
De niños, veíamos a escritores como Ngũgĩ como profetas. Por eso, cuando mueren, entendemos que la era de los profetas termina, y nos toca a nosotros seguir como podamos.
