¡Negocio turbio! Retenidas veinte toneladas de marisco caducado antes de llegar a los restaurantes

Una operación a gran escala de seguridad alimentaria en Mallorca ha resultado en el decomiso de veinte toneladas de marisco caducado, tras una redada de la Guardia Civil a un distribuidor de alimentos congelados a principios de este año. La investigación, llevada a cabo conjuntamente por efectivos de la Guardia Civil y técnicos de Salud Pública del Govern balear, reveló que la empresa había almacenado y preparado productos que superaban en más de SEIS años su fecha de consumo preferente.

Durante la inspección, las autoridades revisaron y analizaron etiquetas de productos que mostraban claramente fechas de fabricación que se remontaban a mayo de 2018, con fechas de caducidad que se extendían hasta noviembre de 2019. Estos hallazgos no dejan lugar a dudas sobre la antigüedad del stock congelado, el cual fue descubierto perfectamente envasado y dispuesto en palés para su inminente distribución. El almacén, allanado en abril, contenía grandes cantidades de pescado y marisco destinados a ser entregados a negocios de hostelería de toda Mallorca.

El distribuidor abastecía a numerosos restaurantes de la isla

La información examinada por las autoridades indica que el distribuidor investigado suministraba principalmente al sector restaurador de la isla. Aunque la mercancía estaba lista para su entrega, la Guardia Civil confirmó que ninguno de los productos en mal estado llegó a los consumidores, gracias a la intervención que inmovilizó todo el lote.

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Más allá de las fechas caducadas, los investigadores también hallaron indicios de múltiples ciclos de congelación-descongelación, lo cual rompe la cadena de frío e incrementa el riesgo de proliferación bacteriana. Esto es especialmente preocupante en el caso del marisco, que es sumamente sensible a los cambios de temperatura. Si bien la congelación puede prolongar la vida útil, los tiempos de almacenamiento recomendados siguen siendo limitados: aproximadamente tres meses para el pescado azul, seis para el pescado blanco y hasta un año para el marisco. Estas directrices se aplican a productos crudos; sin embargo, en el almacén también se encontraron productos cocinados, los cuales presentan períodos de consumo seguro aún más breves.

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Para los expatriados que residen en España –especialmente para aquellos que suelen comer fuera o trabajan en el sector hostelero mallorquín– operaciones como esta constituyen un recordatorio importante del estricto enfoque de la región en materia de seguridad alimentaria. Las inspecciones periódicas y las intervenciones rápidas ayudan a proteger a los consumidores y a mantener los altos estándares esperados en los sectores alimentario y restaurador de España. Aunque los incidentes de esta magnitud son poco frecuentes, la rápida actuación de las autoridades subraya el compromiso continuo de garantizar que tanto residentes como visitantes puedan disfrutar de la vibrante oferta gastronómica de la isla con plena confiansa.