“
El verano pasado, los clanes de drogas en Son Banya, Palma, erigieron una ‘fortificación’ de unos dos metros de altura en algunos lugares. Entre otras cosas, esta barricada estaba compuesta de desechos de construcción. El ayuntamiento finalmente la desmanteló, pero surgió la pregunta: ¿de dónde venía toda esta basura? Otra pregunta fue: ¿dónde fue a parar todo?
Todavía hay grandes montones de desechos en el poblado chabolista de 40,000 metros cuadrados. El ayuntamiento estima que asciende al menos a 2,500 toneladas. La razón principal es que los clanes tienen una línea de negocio subsidiaria a su comercio de drogas: los constructores pueden depositar desechos en Son Banya a un costo considerablemente menor que el cobrado por las plantas de reciclaje. Los camiones llegan durante la noche. Están cargados con ladrillos, piedras y otros materiales.
Además de los desechos de construcción, hay todos los viejos enseres domésticos: neveras, bañeras, colchones, y demás. Los investigadores creen que una explicación para algunos de estos objetos es que los clientes leales de drogas pueden desechar estas cosas a cambio de su lealtad. Es un beneficio por no acudir a clanes rivales en otras partes de la ciudad.
Hay un montón de coches quemados, probablemente robados y llevados a Son Banya para ser destruidos. Estos coches pueden desprender líquidos contaminantes, que pueden filtrarse en el subsuelo.
Después de que el ayuntamiento derribara la fortificación, gran parte de las cosas parecieron simplemente desaparecer. Se sospecha que al menos parte de ello fue enterrado. La policía se ha encontrado con dos excavadoras. El terreno, que antes era completamente llano, ahora tiene montículos.
El ayuntamiento está completando un informe. Este será enviado a la división Seprona de la Guardia Civil, que investiga los delitos contra el medio ambiente. Sin duda se han cometido delitos, pero identificar a los responsables es una cuestión completamente diferente.
“
