Sebastián Usher y David Gritten
BBC News / Reuters
Benjamin Netanyahu dijo que su segundo encuentro con Donald Trump se centró en los rehenes que aún quedan en Gaza.
Las negociaciones entre Israel y Hamás en Catar sobre un nuevo alto al fuego y la liberación de rehenes están estancadas después de tres días de conversaciones indirectas, según un funcionario palestino que habló con la BBC.
El funcionario mencionó que los principales puntos de conflicto incluyen cómo se distribuirá la ayuda durante el alto al fuego y la retirada de tropas israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está de visita en EE.UU., y las esperanzas de un acuerdo aumentaron tras una segunda reunión no planificada con el presidente Donald Trump el martes.
El enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, afirmó que ahora solo queda "un tema pendiente" en las negociaciones de Doha y que espera lograr un acuerdo para un alto al fuego de 60 días antes de fin de semana.
Las reuniones entre Trump y Netanyahu han dado la impresión de que hay un avance hacia un posible acuerdo en Gaza.
En un comunicado, Netanyahu dijo que su última reunión se centró en "los esfuerzos para liberar a nuestros rehenes".
"No cejamos ni un momento, y esto es posible gracias a la presión militar de nuestros valientes soldados", agregó.
También declaró: "Estamos decididos a lograr todos nuestros objetivos: la liberación de todos nuestros rehenes –vivos y fallecidos– y la eliminación de las capacidades militares y de gobierno de Hamás, asegurando que Gaza nunca más sea una amenaza para Israel".
Israel afirma que 50 rehenes siguen cautivos, y se cree que hasta 20 aún están con vida.
Witkoff dijo que Israel y Hamás están cerrando diferencias en temas que antes impedían un acuerdo.
"Estamos en conversaciones de proximidad. Teníamos cuatro problemas y ahora solo queda uno", explicó a periodistas el martes.
"Esperamos que para fin de semana haya un acuerdo que nos lleve a un alto al fuego de 60 días".
Sin embargo, no está claro si ha habido progreso en las cuatro rondas de negociaciones en Doha desde el domingo.
Un funcionario palestino cercano a las negociaciones dijo a la BBC el miércoles que siguen estancadas.
Según él, el bloqueo se debe a que Israel rechaza permitir la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria a Gaza a través de agencias de la ONU.
Israel insiste en mantener lo que el funcionario llamó "el actual mecanismo humillante" de distribución, refiriéndose a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por EE.UU. e Israel, que usa seguridad privada para evitar a la ONU.
Además, Israel rechaza retirar sus tropas de zonas ocupadas desde el 18 de marzo, cuando reanudó su ofensiva, lo que complica más las negociaciones.
Catar, que media junto a EE.UU. y Egipto, advirtió que se necesita más tiempo para un avance.
"No puedo dar un plazo, pero ahora necesitamos tiempo", dijo el portavoz de Exteriores catarí, Majed al-Ansari.
Con el objetivo de poner fin a una guerra de 21 meses, no sorprende que las negociaciones sean difíciles.
Pero el gobierno de Trump sigue optimista, y Witkoff viajará a Doha en los próximos días.
Según medios, la propuesta actual implica que Hamás libere 28 rehenes (10 vivos y 18 muertos) durante el alto al fuego.
A cambio, Israel liberaría a un gran número de palestinos encarcelados y habría un aumento de ayuda humanitaria.
Tras la liberación de los primeros 8 rehenes vivos, Israel se retiraría de partes del norte de Gaza, y después de 7 días, de zonas del sur.
Al décimo día, Hamás revelaría qué rehenes siguen vivos y su estado, mientras Israel daría detalles sobre más de 2.000 gazatíes detenidos.
Mientras se negocia en Doha, al menos 20 personas murieron en bombardeos israelíes en Khan Younis y el campamento de al-Shati, según Hamás.
El ejército israelí no ha comentado.
La ofensiva israelí en Gaza comenzó tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, donde murieron 1.200 personas y 251 fueron secuestradas.
Desde entonces, al menos 57.575 personas han muerto en Gaza, según su Ministerio de Salud, controlado por Hamás.
La mayoría de la población gazatí ha sido desplazada varias veces. Más del 90% de las casas están dañadas o destruidas, los sistemas de salud y saneamiento colapsaron, y hay escasez de alimentos, medicinas y refugio.