El sector turístico de Mallorca enfrenta actualmente la “tormenta perfecta”, según Eduardo Gamero, presidente del Fomento del Turismo de Mallorca, la primera institución turística privada de España, fundada en 1905 y que aún lucha por los intereses de la isla. Sin embargo, admitió esta semana al Bulletin que múltiples factores complican cada vez más la situación del sector, en ocasiones de forma innecesaria.
“Sí, hace calor, mucho más de lo normal para esta época del año, y ha llegado temprano en la temporada. Eso no ayuda, pero es algo contra lo que poco podemos hacer. Si sumas el aumento de precios y la nueva oleada de protestas, tienes el cóctel para la tormenta perfecta”, declaró.
“Lo preocupante es que, además de que más gente se lo piensa antes de venir—como muestra vuestra encuesta (un 60% de 2.300 encuestados dudaría por las protestas)—, parece haber un descenso en los visitantes recurrentes.”
Más opciones
“Es cierto que nadie se apresura a comprar y salir de vacaciones, hay cada vez más oferta y los hábitos de viaje han cambiado. Pero tradicionalmente, Mallorca ha tenido el mayor porcentage de repetidores que cualquier otro destino del mundo. Familias enteras llevan generaciones viniendo, y desde el Fomento—ojalá también las autoridades—queremos que eso continúe.
“El grupo de trabajo creado para involucrar a todos los sectores del turismo—público, privado y social—se ha reunido ya unas 12 veces para elaborar un documento de más de 300 páginas sobre cómo debe avanzar el sector y la sociedad mallorquina. Pero estas soluciones tardarán en filtrarse. Hay multiples problemas, no son fáciles de resolver, pero se está trabajando en ellos.”
“Aunque no podemos permitir que la situación empeore, eso no implica medidas drásticas, porque la dinámica del turismo ha cambiado en los últimos 15 años. Antes, la gente venía en paquetes de al menos una semana, con vuelos, traslados y hoteles gestionados por touroperadores. Ahora vienen por estancias más cortas, de tres a cinco días.”
Sensación falsa de saturación
“Eso exige a los hoteles hasta tres veces más clientes para mantener ocupación, y más vuelos, creando una falsa sensación de saturación. A eso súmale el alojamiento ilegal: vuelos low cost y apartamentos reservados online. Es casi imposible de controlar. Negociar límites de cruceros es una cosa, pero restringir vuelos otra.
“Es imposible y queda fuera del alcance de las autoridades baleares. Depende del gobierno central en Madrid, o incluso de Europa, pues somos parte de la UE y la libre circulación es un pilar fundamental. Es todo muy complejo, los cambios han sido rápidos y profundos”, explicó Gamero.
Abierto todo el año
“Necesitamos que todos colaboren activamente en diseñar el futuro. La oferta genera demanda: cuanto más ofrezcamos, mejor será la respuesta. Debemos diversificar—promocionando deporte, gastronomía y cultura, no solo sol y playa—y alargar la temporada.
“Recuerdo cuando muchos hoteles clave abrían todo el año. Ahora concentramos el grueso del turismo en cuatro meses, lo que alimenta la sensación de saturación y turismo masivo. Son factores que hay que abordar.”
“Las medidas del Consejo de Mallorca contra alquileres ilegales son destacables. Tendrán impacto, pues estaba descontrolado. Si la gente duda al reservar online—sobre todo si es ilegal y puede no existir tras el plazo de registro del 1 de julio—, es un paso adelante. Eliminará competencia desleal y guiará a los visitantes hacia operadores serios”, enfatizó.
Gamero subrayó la necesidad de concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre la importancia del turismo. “El Fomento lo ha propuesto reiteradamente: ir a colegios y hablarles de su relevancia.
Emigración forzada
“No hace mucho, sus abuelos emigraban por trabajo. Ahora, Mallorca tiene salarios y calidad de vida de los más altos de España, incluso Europa. Tenemos sanidad, infraestructuras, universidad, aeropuerto, bares, museos, deporte, economía boyante… Gran parte, gracias al turismo. Pero la nueva generación no lo valora. Hay que reeducar.
“Además, los residentes viajan más que nunca. ¿Qué piensan cuando van a Londres, Roma o Barcelona, que también sufren masificación? Contribuyen al problema fuera, pero piden que no vengan aquí. Así no funciona”, dijo.
“Vi una viñeta de alguien con una camiseta: ‘Amo París, amo Londres… pero no vengas a Mallorca’. Es un enfoque naive y egoísta. Y que menores—que deberían estar en clase—sean portavoces de plataformas anti-turismo me desconcierta. Hay demasiado redes sociales y poca realidad. En verano hay cuellos de botella, por eso hay que alargar la temporada. Si quieren hablar de saturación, miren la costa mediterránea peninsular, accesible en coche o tren. Aquí no hay puente”, añadió.
Alternativa
“¿Qué alternativa hay? Mallorca es una isla pequeña, sin capacidad para una economía industrial fuerte. ¿Volver a la miseria pre-turismo? Dicho esto, no creo que las protestas minoritarias afecten a las reservas. Pueden hacer dudar, pero el vínculo histórico con mercados como el británico es inquebrantable.
“La mayoría de visitantes quedan muy satisfechos y recomiendan volver. Sí, hay competencia—siempre la ha habido—y es sana. Obviamente, hay destinos más baratos en el Mediterráneo.
Valor añadido
“Hace años hablé con hoteleros de Túnez, Marruecos e Italia. La gente merece elegir. Pero donde Mallorca debe destacar es ofreciendo valor. No hablo de lujo, sino de ese esfuerzo extra: dar el 110%. Si piden 12 huevos, dales 13. Sorprender al cliente es la clave para que repitan.
“Idealmente, tendríamos menos turistas que gasten más, pero es difícil en un sector tan cambiante y dictado por los consumidores. Debemos dialogar seriamente sobre el futuro, no gritar en las calles. Toda actividad tiene impacto, y los efectos negativos deben abordarse colectivamente—sin demonizar al sector. Instituciones, empresas, residentes y turistes tienen un papel que cumplir”, concluyó.
