Si sueñas con una escapada navideña que parezca sacada de un cuento, no puedes equivocarte con Santillana del Mar: una joya de la costa norte española que se transforma en un mágico paisaje invernal cada Navidad.
En su día nombrada el mejor pueblo para visitar en diciembre por la prestigiosa revista National Geographic, esta encantadora localidad cántabra combina historia, arquitectura de cuento y espíritu festivo para unas vacaciones únicas.
Calles empedradas, casas centenarias de piedra con balcones de madera y un centro medieval que es prácticamente un museo vivo: todo en Santillana del Mar parece historia suspendida en el tiempo.
**LEE MÁS:** El Palacio de Versalles español acaba de ser declarado Bien de Interés Cultural: aquí puedes encontrarlo
Su joya de la corona es la Colegiata de Santa Juliana, una iglesia románica del siglo XII. Con su sólida fachada de piedra, arcos tallados y sereno claustro, ofrece una instantánea perfecta de la España medieval. En su interior, la belleza callada de los capiteles esculpidos y la arquitectura atemporal suponen un contrapunto tranquilo al bullicio navideño del pueblo.
Pero Santillana también está salpicada de imponentes edificios renacentistas que recuerdan su pasado nobiliario. El elegante Palacio de Velarde y el señorial Palacio de Mijares exhiben una simetría clásica y patios llenos de encanto, mientras que el Palacio de los Quiros luce balcones de piedra y escudos heráldicos impecablemente conservados.
Y justo cuando crees que el pueblo no puede ser más embriagador, llega la Navidad y Santillana del Mar se ilumina con un deslumbrante espectáculo de luces y alegría festiva.
La Colegiata de Santa Juliana. Crédito: Robot8A
La localidad acoge lo que muchos consideran uno de los mercadillos navideños más mágicos de Europa: un “mercado belenístico rural” envuelto en medio millón de luces, con puestos de madera repletos de artesanía y delicias locales, y una atmósfera cálida y alegre que invita a los visitantes a desconectar y sumergirse en el ambiente.
**LEE MÁS:** Este pequeño y desconocido pueblo de Cataluña ha sido coronado recientemente como “el más hermoso del mundo”
Para los amantes de la cultura, Santillana del Mar es también una elección acertada. Su patrimonio histórico-artístico, sumado a la proximidad de la Cueva de Altamira (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) y otros yacimientos de arte rupestre, la convierten en una experiencia rica y compleja; perfecta si se busca algo más que luces centelleantes y ambiente navideño.
El encanto no termina cuando se pone el sol. Al caer la noche, Santillana del Mar adquiere un aire aún más cinematográfico, con rincones iluminados por faroles y plazas tranquilas que parecen sacadas de una postal antigua de España.
Las tabernas locales sirven platos contundentes de la cocina cántabra, desde el cocido montañés —un reconfortante guiso de temporada— hasta la cremosa quesada pasiega, un exquisito postre de queso que los locales disfrutan durante todo el año.
Crédito: Pedro Pacheco
Los visitantes encontrarán además numerosas actividades familiares, representaciones en directo y pequeños eventos festivos que realzan el acogedor ambiente estacional del pueblo. Es ese tipo de lugar donde uno puede permitirse ralentizar el ritmo, saborear la atmósfera y sentir cómo la Navidad se instala suavemente a su alrededor.
La villa se encuentra a unos 30 km al oeste de Santander, la capital regional, y está situada tierra adentro, a poca distancia del Mar Cantábrico.
Ya sea paseando por sus callejuelas medievales, explorando tesoros románicos o disfrutando de un vino caliente bajo las cálidas luces festivas, Santillana del Mar en Navidad ofrece una escapada atemporal y mágica que recuerda más a Dickens que a cualquier otro rincón de España.
Haz click aquí para leer más Noticias de Viajes de The Olive Press.
