Los conservacionistas han advertido de que se requiere MAYOR educación para evitar que la gente moleste a las ballenas, después de que un video de tres amigos zambulléndose de una embarcación para nadar con una manada en el Estrecho de Gibraltar causara indignación.
Janek Andre, director ejecutivo del grupo conservacionista WeWhale, declaró al Olive Press que la temeraria acción puso de manifiesto un “enorme vacío” en la concienciación medioambiental.
«Estos animales son seres sociales y deben ser respetados, de la misma manera que respetamos los hogares de otras personas», afirmó.
«No podemos simplemente entrar en su casa y sentarnos a su mesa. Saltar al mar para perturbarlos simplemente no es aceptable.»
Añadió: «Nadar con ballenas no está permitido por la ley.
«Lo que falta es educación: la gente necesita aprender cómo viven estos animales, cómo se comportan y sienten, y cómo podemos realmente adaptarnos a ellos y coexistir.»
El metraje, publicado en TikTok por una cuenta llamada *nato* y con el pie de foto ‘nadando con ballenas en el Estrecho de Gibraltar’, muestra a los hombres saltando al agua a escasos metros de unas ballenas piloto, con las montañas de Marruecos al fondo.
El vídeo desencadenó una oleada de reacciones airadas en línea, donde muchos señalaron que dichos encuentros están prohibidos por la legislación española y advirtieron que las multas pueden alcanzar los 60.000 euros.
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Janek Andre es el director ejecutivo de WeWhale, un proyecto náutico y conservacionista dedicado a construir la primera flota mundial de avistamiento de ballenas y delfines libre de ruido y emisiones.
En Tenerife el mes pasado, siete turistas fueron denunciados formalmente por la Guardia Civil tras ser filmados nadando con ballenas piloto en una reserva marina protegida.
Declararon a los agentes que desconocían la prohibición, pero aún así se enfrentan a multas de más de 60.000 euros.
Según la ley española, está estrictamente prohibido nadar o bucear con ballenas y delfines.
Las embarcaciones deben mantenerse al menos a 60 metros de distancia, o a 300 metros si hay crías. Las infracciones pueden conllevar multas que van desde los 6.000 hasta los 300.000 euros.
Las ballenas piloto residen durante todo el año en el Estrecho de Gibraltar, que fue declarado corredor marino protegido en 2018. Estas aguas también sirven como ruta migratoria para cachalotes, rorcuales comunes y orcas.
Las autoridades aún deben confirmar si la unidad de medio ambiente de la Guardia Civil, SEPRONA, investigará a los bañistas de Gibraltar.
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