MULLINS LO PIENSA: Todos pierden con Gibraltar, pero a los monos no les importa nada

Por Charlie Mullins

Leyendo el titular del Olive Press: "Rendición o Triunfo", no puedo evitar concluir que, como todo lo demás del Brexit, el acuerdo sobre Gibraltar es un desastre donde todos pierden.

Pero, al igual que con el Brexit, hay un gran perdedor: el Reino Unido, que se conforma con el bronce, mientras España se lleva la plata, algo que superó sus expectativas, especialmente si consideramos a los verdaderos habitantes de ‘Gib’, quienes en el referéndum de la UE de 2016 votaron un 94,9% a favor de seguir siendo parte del Reino Unido.

Todos los implicados salieron perdiendo. España quería recuperar el Peñón, pero tuvo que conformarse con poner un puesto de aduanas en la frontera para sellar pasaportes británicos. Un acuerdo para salvar las apariencias: Gibraltar sigue siendo británico, pero a costa del contribuyente español.

Del otro lado están el Reino Unido y los 35,000 gibraltareños nativos (de un total de 38,000) que votaron por seguir siendo británicos. Los residentes del Reino Unido ya no podrán pasar por esta pequeña nación para escalar su icónico peñasco y encontrarse con sus famosos monos (en realidad, macacos de Berbería), ciudadanos desde hace más tiempo que cualquiera, traidos por los moros en el siglo VIII.

¿Dije que todos pierden? Bueno, quizá no sea 100% cierto; los 300 monos seguramente les importa un bledo quién controle la frontera. Y el ministro de Negocios de Gibraltar, Nigel Feetham, probablemente también gane algo.

¿Por qué está tan entusiasmado el joven Nigel? Sospecho que el diablo está en los detalles. Todos los residentes registrados de Gibraltar no solo podrán viajar sin controles entre su hogar y el Reino Unido, sino que también tendrán acceso libre a la zona Schengen (casi toda Europa). Uno se pregunta: ¿qué precio tendrá pronto un DNI gibraltareño?

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Los malteses deberían preocuparse por su lucrativo negocio de venta de pasaportes, que actualmente cuestan €690k individuales o €840k para una familia entera.

En general, este resultado es una locura. El Reino Unido ha mantenido soberanía sobre el Peñón desde el Tratado de Utrecht en 1713, y su gente quiere que siga así.

Entiendo que España sienta que el Peñón debería ser español, pero ahora solo tiene el costo de vigilar la frontera, sin poder izar la Rojigualda sobre sus 38,000 almas y 300 simios inmigrantes.

Otro ejemplo más de por qué el Brexit fue una idea descabellada.

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