Kayley Boda, de 22 años, consumía un vapeador desechable de 600 caladas por semana cuando, en enero del 2025, comenzó a toser una sustancia marrón con “trocitos granulosos”.
La dependienta de comercio, de Mánchester, dijo que los médicos la rechazaron ocho veces, diciendole que era una infección de pecho, hasta que empezó a toser sangre.
Entonces le hicieron una radiografía y encontraron una sombra en su pulmón, afirmando estar “un 99 por ciento seguros” de que no era cáncer.
Sin embargo, tras siete biopsias, Kayley fue diagnosticada con cáncer de pulmón. Desde entonces, se sometió a una cirugía para extirpar el lóbulo inferior de su pulmón derecho, además de quimioterapia.
Ahora ha lanzado una advertencia para que otros sean conscientes de los peligros de vapear.
Kayley dijo: “Unos meses después de cambiar de vapes recargables a los desechables, empecé a toser una flema marrón y granulosa.
“Los médicos me rechazaron ocho veces diagnosticandome una infección de pecho.
“Luego empecé con tos con sangre, así que me hicieron una radiografía y hallaron una sombra en mi pulmón.
“Me dijeron que estaban 99% seguros de que, por mi edad, no era cáncer, que no me preocupara.
“Cuando recibí los resultados y me dijeron que era cáncer de pulmón, fue tan surrealista.
“Antes del diagnóstico, era muy ingenua y pensaba que algo así nunca me pasaría a mí.
“Tuve una cirugía para quitarme la mitad del pulmón derecho, lo que me causó TEPT.
“Tengo el mismo sueño cada noche: despertar en esa cama de hospital, sin poder respirar, teniendo que aprender a caminar otra vez.
“Después de la cirugía, comencé quimio y tuve una reacción terrible.
“No podía levantar la cabeza, vomitaba sangre, orinaba sangre.
“No podía comer ni dormir, perdí 4 kg en cuatro días.
“Le atribuyo el cáncer al vapeo porque mis síntomas empezaron pocos meses después de usar vapes desechables y no hay historial de cáncer de pulmón en mi familia.
“Llevo tres meses sin vapear, hice que mi pareja parara, que mi madre parara, y urgí a todos mis amigos a que paren.
“Mantenete alejado de los vapes, porque al final te alcanzarán”.
Kayley empezó a fumar un poco en la adolescencia y a usar vapes recargables a los 15 años.
Solo comenzó a usar vapes desechables unos meses antes de que empezaran sus síntomas.
En noviembre del 2024, Kayley desarrolló un sarpullido por todo el cuerpo, que los médicos atribuyeron a herpes, varicela o sarna.
“Me trataron por las tres cosas, y nada funcionó”, dijo.
“Llegué al punto de cortarme la piel de tanto rascarme”.
Unos meses después, empezó a toser una mucosidad marrón oscura con trozos granulosos, de consistencia similar al azúcar.
“Al principio pensé que era normal, porque vapeaba mucho, así que no le di importancia”, dijo.
Cuando la tos continuó, fue al médico, pero le dijeron que podía ser una cicatriz de neumonía o una infección.
En marzo del 2025, Kayley empezó a toser sangre roja brillante y volvió al médico, donde le hicieron una radiografía de tórax y le dijeron que habían encontrado una sombra en su pulmón derecho inferior.
Durante los siguientes cuatro meses, Kayley tuvo siete biopsias, donde los médicos tomaron muestras de la “sombra”.
Los médicos le dijeron que no se preocupara, pero en agosto, cuando fue a por los resultados, le dijeron que tenía cáncer de pulmón en etapa uno.
En septiembre, Kayley fue operada para extirpar el lóbulo inferior de su pulmón derecho y los ganglios linfáticos circundantes.
Durante la cirugía, los médicos cambiaron la etapa del cáncer de uno a tres, al encontrar cáncer en seis ganglios linfáticos vecinos.
Tras la operación, Kayley no podía respirar bien y tuvo que aprender a caminar de nuevo.
“Todavía no puedo dormir del lado de la operación, no puedo subir y bajar escaleras sola, tengo que tener un comadre en mi habitación”, dijo.
“Ya no salgo con mis amigos porque me da mucha vergüenza no poder ni caminar hasta el final de la calle”.
Kayley ahora está recibiendo quimioterapia para combatir el cáncer en sus ganglios, pero tuvo una pésima reacción tras su primera ronda en noviembre.
Terminó de nuevo en el hospital, y los médicos le están dando tiempo a su cuerpo para que se recupere antes de seguir con el tratamiento.
“Tengo mucho miedo de volver a empezar la quimio, no quiero sentirme como la última vez”, dijo.
Kayley dijo que los médicos no pudieron darle una respuesta definitiva sobre la causa de su cáncer, pero le dijeron que fumar y vapear definitivamente no ayudó.
Desde su diagnóstico, ella ha parado y urge a otros a hacer lo mismo.