La alcaldesa de Calpe, Ana Sala, y el secretario del ayuntamiento, Jordi Francés, firmaron en la notaría la aceptación de la herencia. Crédito: Ayuntamiento de Calpe
A veces, los actos de generosidad más profundos llegan en silencio, envueltos en el mutis de quienes hacen el bien sin buscar reconocimiento. Brenda Pauline Taylor, ciudadana británica que encontró refugio y un hogar en Calpe, eligió despedirse dejando una huella imborrable en la comunidad que la acogió. En su testamento, solicitó que su vivienda, valorada en 220.000 euros, fuese donada a cuatro organizaciones locales que trabajan para mejorar la vida de los más necesitados.
El viernes 6 de junio, la alcaldesa Ana Sala y el secretario Jordi Francés formalizaron ante notario la aceptación de esta peculiar herencia. El legado de Brenda se repartirá entre el Centro Ocupacional Maite Boronat, la Escuela de Educación Especial Gargasindi, la organización Emmaús y la Cruz Roja.
Según lo estipulado en su testamento, el inmueble se dividirá así: 30% para el Centro Ocupacional, 30% para la Escuela Gargasindi, otro 30% para Emmaús y el 10% restante para la Cruz Roja. Estas cuatro instituciones, pilares del tejido social de Calpe, podrán continuar y fortalecer su labor gracias a este gesto callado pero profundamente humano.
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Brenda no buscó reconocimiento. No dejó discursos ni placas conmemorativas. Solo una casa, ahora transformada en esperanza.
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