Por Olivier Acuña Barba •
Publicado: 09 Ago 2025 • 20:16 • 2 minutos de lectura
¿Es posible que morir sea algún día un lujo o ya lo es? | Crédito: Old Town Tourist/Shutterstock
Miles de negocios y empleos subsisten gracias a una certeza: vas a morir. Una verdad incuestionable que afecta a más de 400.000 personas cada año en España, según El País.
Ellos, o sus familiares, han pagado con creces su último viaje, probablemente mediante un seguro funerario, que posee el 46% de la población española, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y, por supuesto, los seguros son cada vez más caros.
Con ello, morir en España también. Se está volviendo más costoso “día a día”. El año pasado, el precio de un entierro subió un 4,2%, duplicando la inflación, que fue del 2,1% en los últimos 12 meses.
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Un entierro básico hoy cuesta más de 4.000 euros. El precio, lógicamente, aumenta si personalizas el servicio, dependiendo del tipo de ceremonia, la ciudad, si añades extras, el tipo de urna, etc.
Un 30% más caro en una década
En los últimos diez años, el precio de estos servicios ha aumentado más de un 30%, superando con creces el crecimiento salarial, que solo ha subido un 15%, según El País.
En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, los precios son notablemente superiores que en zonas rurales, donde hay menos competencia y los costes fijos (como tanatorios o mantenimiento de cementerios) se reparten entre menos servicios.
El sector funerario en España mueve unos 1.500 millones de euros anuales, basado en 400.000 servicios.
El País señala que los precios no siempre son transparentes, y parece que los tanatorios aprovechan el estado vulnerable de las familias en duelo. Muchas no quieren regatear, pues se trata de la muerte de un ser querido y desean despedirlo como merece. Las familias buscan que sus difuntos descansen en paz de verdad.
Sin ánimos para negociar o comparar
“Cuando alguien muere, no tienes energía para regatear ni buscar la mejor oferta. Confías en que el tanatorio te asesore, y así acabas pagando de más”, contó María, una mujer de 45 años que organizó el funeral de su padre en Valencia, a El País.
La cremación, en promedio, cuesta unos 1.000 euros menos. Según cifras oficiales, el 45% de las muertes en España en 2024 terminaron en cremación, una tendencia al alza.
Convencidos de que necesitan arreglos florales, catering y otros detalles, las familias españolas siguen enfrentándose al reto de despedir a sus seres queridos sin arruinarse.