El polo, conocido como el «deporte de los reyes», ha sido tradicionalmente un espectáculo para la élite ecuestre y la alta sociedad. Sin embargo, una nueva academia de polo en Mallorca está a punto de romper barreras y cambiar esa percepción. La finca Granja Can Cavall Blau, conocida por su viñedo y agricultura ecológica, cuenta desde hace siete años con un centro ecuestre que ahora da un paso más al inaugurar la primera academia de polo de la isla.
Al frente de esta iniciativa están el jugador, entrenador y consultor profesional argentino Leonardo Rossolini, junto con la instructora británica y árbitro profesional Octavia Campbell-Davys. Leo comentó al Bulletin esta semana que la respuesta ha sido excepcionalmente positiva, con niños de siete años ya aprendiendo a jugar en Sencelles, a solo media hora de Palma. Con 25 años de experiencia en el polo, Leo proviene del prestigioso Palo Alto Polo Club en Buenos Aires, donde dirige el programa de cría. Sin embargo, este verano su meta es impulsar el polo de arena en Mallorca.
«He asesorado a clubes en todo el mundo, desde Argentina hasta Estados Unidos e Irlanda, pero ahora mi enfoque está en expandir la academia de Can Cavall Blau. Es un proyecto emocionante por varias razones. Enseñamos polo de arena, más sostenible que el tradicional, ya que no requiere riego y permite jugar todo el año gracias al clima mallorquín».
«Lo más importante es nuestra filosofía: la academia está abierta al público y dirigida a residentes locales. No es un club elitista. Queremos que la gente aprenda, adquiera su propio caballo y quizás termine en mi club en Argentina para tornarse profesional».
«El polo es una gran industria en Argentina. Criamos los mejores caballos y jugadores, muchos con hándicap de 10, el máximo. Aquí formamos jugadores de bajo hándicap que luego pueden mejorar en Argentina. Además, este deporte no tiene edad: empezamos con niños de siete años, pero hay jugadores de élite con 80».
«Los primeros caballos aquí eran argentinos; los de ahora son mallorquines con sangre argentina. Es parte clave de la experiencia, pues el polo trata de pasión y conexión con el caballo. Los mejores ejemplares argentinos incluso se clonan por su ADN, y los clubes no quieren venderlos».
«En el polo, el jinete aporta la mente, pero el caballo las patas y el corazón. Es como la Fórmula 1: sin un buen coche, el piloto no gana. Estos caballos nacen para jugar, les encanta la adrenalina y saben cuándo activarse. Son atletas excepcionales, más tranquilos que los árabes».
«No hay trucos para aprender: solo práctica, mucha práctica. Lo ideal es entrenar tres veces por semana para no perder interés y forjar un vínculo con el caballo».
«Somos más una academia que un club competitivo. Ofrecemos alojamiento para caballos, que viven en grupo al aire libre, pues son animales sociales. Los visitantes pueden verlos así, en su hábitat natural».
«Los domingos a las 5pm, según el calor, hay exhibiciones gratuitas con degustación de vinos opcional (requiere reserva). Es una forma de vivir el polo, ya sea como jugador o espectador».
«Queremos atraer más residentes locales, futuros socios, patrocinadores o dueños de equipos. Damos clases de miércoles a domingo, en varios idiomas, y organizamos eventos regulares».
Más info: www.cancavallblau.com y www.paloaltopolo.com.