Miles de palestinos continúan huyendo de la Ciudad de Gaza, un día después de que Israel anunciara que había comenzado una gran ofensiva terrestre con el objetivo de ocupar la ciudad.
En medio de intensos bombardeos durante la noche, el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, informó que el hospital infantil al-Ranitisi fue objetivo de tres ataques separados, lo que forzó a la mitad de sus pacientes y sus familias a escapar.
El ejército israelí dijo que está investigando los informes. Anteriormente, había anunciado que había atacado más de 150 “objetivos terroristas” en toda la Ciudad de Gaza en dos días.
Israel afirma que su objetivo es derrotar a unos 3.000 combatientes de Hamás en lo que describe como el “último bastión” del grupo y liberar a los rehenes.
Sin embargo, la ofensiva ha generado una condena internacional generalizada.
Los jefes de más de 20 agencias de ayuda han llamado a los líderes mundiales a actuar, diciendo que “la inhumanidad de la situación en Gaza es inconcebible” y solicitando una “intervención urgente”.
Durante días, largas columnas de palestinos han fluido hacia el sur desde la Ciudad de Gaza en carros de burros, rickshaws, vehículos cargados con pertenencias y a pie.
Hasta ahora, se les ha forzado a huir por una sola carretera costera hacia una “zona humanitaria” designada por Israel en al-Mawasi.
Pero el miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que abrirían una segunda ruta de salida por la carretera central de Salah al-Din. Dijeron que la ruta estaría abierta durante 48 horas a partir de las 12:00 hora local.
Muchos palestinos dicen que no pueden moverse al sur debido a los altos costes asociados con el viaje. Algunos dicen que alquilar un camión pequeño ahora cuesta alrededor de 3.000 shéquels (900 dólares), mientras que una tienda de campaña para cinco personas se vende por unos 4.000 shéquels.
Lina al-Maghrebi, de 32 años y madre de tres hijos, dijo a la BBC: “Me vi obligada a vender mis joyas para cubrir el costo del desplazamiento y una tienda de campaña”.
“Nos tomó 10 horas llegar a Khan Younis, y pagamos 3.500 shéquels por el viaje. La fila de coches y camiones parecía interminable”.
Los grupos de ayuda, agencias de la ONU y otros afirman que la “zona humanitaria” a la que se espera que se desplacen está masivamente superpoblada y es insuficiente para acoger a aproximadamente 2 millones de palestinos.
Algunos palestinos que siguieron las órdenes militares de evacuación a la zona dicen que no encontraron espacio para montar sus tiendas y por lo tanto regresaron al norte.
Las FDI dijeron el martes que alrededor de 350.000 personas habían huido de la Ciudad de Gaza, mientras que la ONU situó la cifra en 190.000 desde agosto. Se estima que al menos 650.000 permanecen allí.
Como parte de sus operaciones, se informa que las FDI están utilizando viejos vehículos militares cargados con explosivos que han sido modificados para ser controlados a distancia.
Están siendo conducidos hacia posiciones de Hamás y detonados, según medios israelíes.
Mientras tanto, familias de los 48 rehenes restantes en poder de Hamás – de los cuales se cree que 20 están vivos – protestaron cerca de la residencia del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén el martes y miércoles, argumentando que la ofensiva pondría en peligro a sus seres queridos.
“Todo el día alardeas de muerte y destrucción”, dijo Macabit Mayer, tía de los rehenes Gali y Ziv Berman. “Derribar edificios en Gaza, ¿sobre quién estás derribando estos edificios?”
“¿Podría ser que estés derribando estos edificios ahora mismo sobre Gali y Ziv y todas las almas que quedan allí, los vivos y los fallecidos?”
La ofensiva ha generado una condena internacional generalizada, con el jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, describiéndola como “total y completamente inaceptable” y la Secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Yvette Cooper, calificándola de “completamente temeraria y espantosa”.
Pero el Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, pareció ofrecer un apoyo tácito a la operación de Israel durante una conferencia de prensa conjunta con Netanyahu el lunes.
Dijo que EE.UU. prefería un final negociado de la guerra, pero que “a veces, cuando se trata con un grupo de salvajes como Hamás, eso no es posible”.
Esto ocurrió cuando una Comisión de Investigación de la ONU concluyó que Israel había cometido genocidio contra los palestinos en Gaza.
Entre sus hallazgos estaban que las fuerzas de seguridad israelíes perpetraron violencia sexual y de género, apuntaron directamente a niños con la intención de matarlos y llevaron a cabo un “ataque sistémico y generalizado” contra sitios religiosos, culturales y educativos en Gaza.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dijo que rechazaba categóricamente el informe, tachándolo de “distorsionado y falso”.
Israel lanzó su guerra en Gaza en respuesta al ataque liderado por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1.200 personas y 251 más fueron tomadas como rehenes.
Al menos 64.964 personas han sido asesinadas por Israel durante su campaña desde entonces, casi la mitad mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Con la hambruna ya declarada en la Ciudad de Gaza por un organismo de seguridad alimentaria respaldado por la ONU, la ONU ha advertido de que la intensificación de la ofensiva empujará a los civiles a “una catástrofe aún más profunda”.