El actor hollywoodense Michael Douglas reveló en una reciente entrevista con el diario El Faro de Vigo y la revista Lecturas su debilidad por la gastronomía española, especialmente por uno de los productos más emblemáticos de las Baleares.
Durante su última visita a Menorca en junio de 2024, el protagonista de “Wall Street” disfrutó de la cocina local en el afamado restaurante Can Jaume de Ciutadella, acompañado de su hija Carys Douglas. El establecimiento, conocido por su cocina menorquina tradicional, fue testigo del entusiasmo del actor por los productos autóctonos.
La relación de Douglas con la sobrasada mallorquina viene de lejos. El intérprete, que posee una residencia en la costa norte de Mallorca desde hace más de 30 años, ha manifestado en numerosas ocasiones su pasión por la cocina balear. “Cuando no me controlo, me engancho a la sobrasada”, confesó entre risas durante la entrevista, destacando el sabor único de este embutido tradicional.
La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Sobrasada de Mallorca reaccionó rápidamente a las declaraciones del actor, compartiendo la noticia en sus historias de Instagram y aprovechando su popularidad para promocionar este producto insular.
El vínculo de Michael Douglas con Mallorca se remonta a 1989, cuando adquirió la finca S’Estaca en Valldemossa. Desde entonces, el actor se ha convertido en un embajador informal de la isla y su cultura, expresando en múltiples ocasiones su amor por su gastronomia, paisajes y tradiciones.
La sobrasada, emblema de la cocina balear, es un embutido curado elaborado con carne de cerdo seleccionada, pimentón, sal y otras especias. Su producción está regulada por la IGP desde 1993, garantizando la calidad y autenticidad del producto que tanto ha cautivado al actor estadounidense.
Tras siglos de dominio musulmán en la Península Ibérica, el consumo de cerdo volvió a la región en la Edad Media. El pimentón se incorporó tras ser traído de América en el siglo XV. Se cree que la sobrasada se originó y expandió como concepto culinario en el Mediterráneo occidental controlado por la Corona de Aragón (Sicilia, Baleares, Cerdeña) después del siglo XIV, ya que aún se elaboran embutidos similares en esta zona.
En la dieta mediterránea tradicional, con escaso consumo de carne como la que predominaba en Mallorca hasta los años 50, la sobrasada y otros embutidos porcinos eran la principal, y a veces única, fuente de proteína animal para los mallorquines. Las piezas grandes de carne, como asados de cerdo o cordero, filetes de cerdo o cortes de vacuno, solían reservarse para festividades o las clases acomodadas. Incluso hoy, platos como la porcella rostida, un lechón entero asado, solo se sirven en ocasiones especiales.
