Para muchas mujeres, algo cambia al llegar a finales de los treinta o principios de los cuarenta. El malabarismo diario del trabajo, la familia y las expectativas continúa, pero comienzan a surgir cambios sutiles. Los nombres no vienen tan fácilmente. Los artículos favoritos cuesta más seguirlos. Es tentador culpar al estrés o al agotamiento, pero ¿y si hay algo más detrás?
La ciencia empieza a hacerse esa pregunta, y las respuestas apuntan a algo que muchas mujeres desconocen: que el cerebro, el corazón y las hormonas están más conectados de lo que nos habían dicho.
La Menopausia Temprana y la Salud Cardiaca Pueden Influir en el Envejecimiento Cerebral
Un nuevo estudio presentado en la Reunión Anual de 2025 de The Menopause Society explora cómo el momento de la menopausia y la función cardiaca pueden actuar conjuntamente para afectar la salud cerebral más adelante. Los investigadores se preguntaban: ¿Las mujeres que pasan por la menopausia antes y tienen una capacidad de bombeo del corazón más débil muestran más signos de envejecimiento cerebral y un mayor riesgo de problemas cognitivos?1
• El estudio analizó datos de 708 mujeres posmenopáusicas. Las participantes procedían de dos grandes estudios canadienses: el Canadian Alliance for Healthy Hearts and Minds Study y el Ontario Health Study. Cada una se sometió a tres tipos de prueba:2
◦ Resonancia Magnética Cardiaca (RM): Mide la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI), que muestra la eficacia con la que el corazón bombea sangre en cada latido. Una FEVI alta indica un bombeo más enérgico; una FEVI baja, uno más débil.3
◦ Resonancia Magnética Cerebral: Se evaluó el volumen de materia gris (VMG), importante para la memoria y la toma de decisiones, así como la carga de hiperintensidades de la materia blanca (HMB), que señala pequeñas áreas de daño cerebral vinculadas a ictus y demencia.4
◦ Pruebas cognitivas: Incluyeron la Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA), que valora memoria y atención, y la Prueba de Sustitución de Dígitos y Símbolos (DSST), que mide velocidad y concentración.5
Según un comunicado de The Menopause Society, los resultados se ajustaron por varios factores, como edad, etnia, causa de la menopausia (espontánea o quirúrgica) y presión arterial, entre otros.6
• Hallazgos clave revelaron un efecto acumulativo: Las mujeres con menopausia más temprana y menor FEVI mostraron más signos de envejecimiento cerebral en las resonancias. Tenían menos materia gris y más daño en la materia blanca, ambos vinculados al riesgo de demencia. Estos cambios eran visibles en las imágenes cerebrales pero no siempre se reflejaban en los test cognitivos, lo que significa que las alteraciones cerebrales pueden ocurrir en silencio antes de que aparezcan síntomas.7
• Expertos piden una prevención más dirigida: Según los investigadores, sus hallazgos destacan “una brecha crítica en la salud de la mujer”, mostrando el vínculo entre la menopausia temprana, la salud cardiovascular y su impacto combinado en la trayectoria del envejecimiento cerebral. Tallinn Splinter, autor principal e investigador de la Universidad de Toronto y el Sunnybrook Research Institute, declaró:
“Al integrar la imagen cardiaca con evaluaciones neurocognitivas, nuestra investigación ofrece perspectivas novedosas que podrían allanar el camino para intervenciones dirigidas a mitigar el riesgo de demencia en mujeres que experimentan una menopausia precoz.”8
Por Qué Este Estudio es Relevante para la Salud de la Mujer
Los riesgos para la salud de la mujer a menudo se entrelazan de formas no del todo comprendidas. Este estudio explora cómo el momento de la menopausia y la función cardiaca pueden influir en el envejecimiento cerebral, ofreciendo una nueva perspectiva sobre por qué estos dos factores son esenciales para la salud cognitiva a largo plazo.
• Las mujeres soportan una mayor carga de enfermedades cardiacas y cerebrales: En comparación con los hombres, las mujeres enfrentan un riesgo mayor de padecer tanto cardiopatías como Alzheimer.9 La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte entre mujeres, y el Alzheimer les afecta casi el doble. Estos riesgos superpuestos subrayan la importancia de comprender la conexión corazón-cerebro.
• Una función cardiaca más débil puede dañar silenciosamente el cerebro: Cuando el corazón bombea menos sangre, el cerebro recibe menos oxígeno y nutrientes. Esto puede conducir a daño tisular, accidentes cerebrovasculares silentes y mayor riesgo de demencia. El estudio refuerza que la salud cardiaca y cerebral son inseparables.10
• La menopausia temprana añade un segundo golpe: La menopausia aumenta el riesgo de declive cognitivo y Alzheimer más tarde en la vida. Combinado con una función cardiaca reducida, esto crea un “doble impacto” que puede acelerar el envejecimiento y los cambios estructurales cerebrales mucho antes de que aparezcan los síntomas.11
Comprendiendo la Menopausia
La menopausia marca el fin de la menstruación y se confirma tras 12 meses consecutivos sin período. Suele comenzar entre los 45 y 55 años, durando un promedio de siete años, aunque puede extenderse más de una década.
Aunque es una fase natural en la vida de toda mujer, la menopausia aún está rodeada de mitos que generan confusión y tratamientos innecesarios. Los cambios hormonales durante este tiempo afectan a muchos sistemas corporales, por lo que los síntomas a menudo se solapan y evolucionan.
• La menopausia temprana y la perimenopausia difieren en su cronología: La perimenopausia es la fase de transición previa, marcada por ciclos irregulares, sofocos y cambios de humor. La menopausia temprana, por otro lado, ocurre antes de los 45 años, a menudo desencadenada por genética, cirugía o condiciones médicas.12
• Hormonas clave que moldean la transición: Muchos piensan que la menopausia es sobre todo un asunto de estrógenos, pero es mucho más que eso.
◦ El estrógeno ayuda a mantener flexibles los vasos sanguíneos, reduce la inflamación y apoya el uso de energía cerebral y mitocondrial; su declive elimina un “amortiguador” vascular y neural, lo que puede afectar la presión arterial, el balance lipídico y la cognición.13
◦ La progesterona disminuye conforme la ovulación se hace infrecuente; este cambio está ligado a alteraciones del sueño, variabilidad del humor e irregularidad del ciclo durante la transición.14
• Los síntomas son multifacéticos: La experiencia de cada mujer con la perimenopausia y menopausia es única. Además de los sofocos y sudores nocturnos, puede desencadenar problemas de sueño, cambios de humor y más.15
- Sensibilidad mamaria
- Dolor articular
- Dificultad para encontrar palabras
- Fatiga
- Aumento de peso
- Ansiedad
- Piel seca
- Baja libido
- Impaciencia
- Pérdida/cambio de textura del cabello
- Pérdidas urinarias y urgencia
- Sensación de no ser una misma
- Dolores de cabeza y migrañas
- Niebla mental e incapacidad para concentrarse
- Irritabilidad
- Baja motivación o energía
- Lloros frecuentes
5 Mitos Sobre la Menopausia
La menopausia afecta a todos los ámbitos de la salud, pero ideas desfasadas aún interfieren. Aclararlas ayuda a centrarse en lo que realmente importa: los pasos que apoyan el bienestar a largo plazo.
1. Solo las mujeres que menstrúan después de los 40 enfrentan enfermedades relacionadas con la menopausia: Las mujeres que dejan de menstruar antes de los 40 por insuficiencia ovárica prematura (IOP) enfrentan riesgos aún mayores. La IOP ocurre cuando los ovarios dejan de funcionar correctamente, causando períodos irregulares y síntomas de menopausia temprana.
Investigaciones separadas muestran que las mujeres con IOP tienen de dos a tres veces más probabilidades de desarrollar enfermedades autoinmunes graves como diabetes tipo 1, lupus, hipertiroidismo y enfermedad inflamatoria intestinal, en comparación con la población general.16
2. La menopausia es manejable y puede tratarse con medicamentos: La triste realidad es que la mayoría de las mujeres no reciben apoyo adecuado durante la menopausia, no porque no lo necesiten, sino porque no se les ofrecen suficientes opciones.
Según la Dra. Mary Claire Haver, ginecóloga certificada y especialista en menopausia de la Universidad de Tulane:17
“La dolorosa realidad para muchas pacientes es que los clínicos no reconocen repetidamente sus síntomas de menopausia, que van más allá del síntoma vasomotor clásico de los sofocos…
Las mujeres frecuentemente se encuentran derivadas a numerosos especialistas para abordar la multitud de síntomas asociados a la menopausia, tratando cada síntoma de forma individual; clínicos incapaces de conectar los puntos, similar a jugar al ‘golpe al topo’ con los síntomas. ¿Cómo es que esta realidad no es el colmo de la medicalización excesiva?
… Y en la serie, fármacos alternativos, como los anticolinérgicos, ISRS, estatinas, analgésicos, fármacos para la osteoporosis, agonistas del receptor de neuroquinina se presentan como todo beneficio y poco riesgo. Las pacientes terminan con un armario lleno de medicamentos recetados, facturas médicas costosas y un alivio insignificante.”
También incluyó en su crítica al “modelo de empoderamiento” de The Lancet que un asombroso 90% de las mujeres nunca fueron educadas sobre la menopausia,18 más del 73% no son conscientes de que tienen la capacidad de tratar sus síntomas,19 y que en EE.UU., solo el 7% de los ginecólogos, internistas y médicos de familia se sienten preparados para tratar a una mujer menopáusica.20
3. Solo los síntomas severos deben tratarse: Se dice: “La menopausia es inevitable, pero el sufrimiento no”. Incluso síntomas leves o moderados pueden alterar la vida diaria. Si algo no va bien, vale la pena explorar opciones de tratamiento con un profesional de confianza.
Algunos cambios, como la pérdida ósea o signos tempranos de cardiopatía, pueden solo aparecer en exámenes preventivos. No hay necesidad de esperar a que los síntomas se agraven. Y la menopausia no es solo física. Los cambios hormonales pueden afectar el humor, la memoria y la concentración.21
4. Una vez que comienza la menopausia, se acaba la diversión: La menopausia puede ser el fin de un capítulo, pero también un nuevo comienzo. Aunque estos cambios hormonales alteran el cuerpo, muchas mujeres encuentran que esta etapa trae libertad, claridad y energía renovada.22
5. Todo el mundo necesita terapia de estrógenos: La terapia hormonal menopáusica no es una solución única. Algunas mujeres responden mejor a opciones no hormonales. La elección correcta depende de la edad, momento, síntomas y factores de riesgo personales.23
Mirando la Menopausia desde una Perspectiva Diferente
Durante décadas, el estrógeno ha sido aclamado como una hormona protectora para el cerebro femenino, especialmente tras la menopausia. Esta creencia ha moldeado el uso generalizado de la terapia de reemplazo hormonal (TRH), a pesar de las crecientes evidencias que cuestionan su seguridad y eficacia. Una mirada más cercana a estudios recientes y opiniones expertas revela una historia diferente: una que sugiere que el estrógeno quizás no sea el héroe que se dice.
• El estrógeno puede aumentar el riesgo de demencia, no reducirlo: Un estudio de 2024 publicado en JAMA Neurology24 halló que las mujeres tratadas con antagonistas del receptor de estrógeno o inhibidores de la aromatasa tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar demencia. Esto contradice la suposición de larga data de que el estrógeno protege la salud cerebral.
• El estrógeno no siempre es lo que parece: A menudo se describe como la hormona que las mujeres pierden durante la menopausia, algo que debe reemplazarse para restaurar la juventud y proteger el cerebro. Pero esa narrativa no se sostiene bajo escrutinio. Según el investigador en bioenergética Georgi Dinkov, el papel principal del estrógeno es ayudar en la reparación tisular al revertir las células a un estado similar al de las células madre.
Aunque esto es útil a corto plazo, se vuelve problemático cuando la señal no se apaga. En mujeres jóvenes, la progesterona ayuda a regular los efectos del estrógeno. En hombres, lo hacen los andrógenos. Sin embargo, tanto la progesterona como los andrógenos declinan con la edad, mientras que la síntesis de estrógeno continúa.
“Todas las células del cuerpo expresan la enzima aromatasa y contienen la maquinaria para sintetizar su propio estrógeno a partir de precursores circulantes como el colesterol, que aumenta con la edad… Así que si analizamos tejidos, incluso en mujeres menopáusicas, a menudo vemos un aumento de estrógeno —especialmente en aquellas con problemas de salud—, no menos”, explica Dinkov.
• Un nivel bajo de estrógeno en sangre no siempre significa deficiencia corporal: Muchas células pueden producir estrógeno localmente, y esta forma no vuelve al torrente sanguíneo. La verdadera preocupación es el declive relacionado con la edad de otras hormonas que regulan o equilibran el estrógeno, incluyendo la progesterona, los andrógenos y las hormonas tiroideas. Sin esas fuerzas contrarrestantes, los efectos promotores del crecimiento del estrógeno pueden volverse excesivos si no se controlan.
• Los sofocos pueden deberse a baja progesterona, no a bajo estrógeno: Los sudores nocturnos y sofocos están más probablemente vinculados a una progesterona baja. Apoyar la progesterona, no el estrógeno, podría ser la clave para aliviar estos síntomas y mejorar el sueño.
Mientras instituciones mayoritarias siguen recomendando la terapia hormonal aprobada por la FDA para la menopausia, investigaciones alternativas comienzan a desafiar ese enfoque. Un ejemplo es un estudio canadiense de 2023, aleatorizado y controlado con placebo, publicado en Scientific Reports, que mostró resultados prometedores para la progesterona. Como señalaron los investigadores:25
“Las participantes que tomaban progesterona percibieron disminuciones significativamente mayores en los sudores nocturnos en general y una mejor calidad del sueño frente a las que tomaban placebo. La interferencia perimenopáusica en las actividades diarias también disminuyó significativamente con la terapia diaria de progesterona. La progesterona es biológicamente id
