Entre anécdotas históricas y el pesar por sus propios escándalos, el rey exiliado de España Juan Carlos I busca reconciliarse con su familia y su nación en unas memorias de reciente publicación que ofrecen recuerdos estremecedores de uno de los últimos actores supervivientes de la historia del siglo XX.
Desde sostener la mano de Franco en el lecho de muerte del dictador hasta contribuir a desactivar un golpe de Estado, el octogenario de 87 años repasa momentos archiconocidos de la historia de España en su libro de quinientas páginas, publicado en francés este miércoles y que verá la luz en español el próximo mes.
En su afán por recomponer las relaciones con su hijo, el Rey Felipe VI, con quien está distanciado, Juan Carlos también afronta su dolor y aislamiento personal: desde presenciar la muerte de su hermano en un trágico accidente de armas en su infancia hasta los “errores” sentimentales y económicos que lo llevaron a un segundo exilio al cumplir ochenta años.
“No hay día en que no me embargue la nostalgia”, declara desde su exilio autoimpuesto en Abu Dabi en el libro “Reconciliación”, escrito en colaboración con la autora francesa Laurence Debray.
“Es como si llevase a España grabada en la piel.”
Memorias de Franco
Designado por Franco para sucederle, a Juan Carlos se le atribuye ampliamente haber guiado a España hacia la democracia tras la muerte del dictador fascista en 1975.
Recuerda estar sentado al lado de Franco —quien actuó como una figura casi “paternal” hacia él— mientras el dictador enfermo se encontraba moribundo en su lecho hospitalario.
“Me tomó la mano y dijo, como si fuese su último aliento: ‘Alteza, solo le pido una cosa: mantenga la unidd del país'”, evoca Juan Carlos.
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“Así que tuve carta blanca para impulsar reformas, siempre y cuando no se pusiese en peligro la unidad de España.”
También recuerda ponerse la chaqueta de general para aparecer en televisión, ordenando a los soldados rebeldes que regresasen a sus cuarteles tras perpetrar un golpe de Estado en el parlamento en febrero de 1981.
Debray calificó el relato de Juan Carlos como “una historia de vida europea única”.
“Es uno de los pocos líderes (mundiales) supervivientes de la generación de la Segunda Guerra Mundial”, afirmó.
A pesar de ser percibido “como un hombre bastante jovial” por algunos, “es un hombre que ha estado muy solo —muy desgarrado entre su familia y Franco desde su más tierna infancia.”
Juan Carlos junto al General Francisco Franco en 1969. (Foto de AFP)
Escándalos
En 2014, Juan Carlos se rompió la cadera durante un viaje de caza a Botsuana con su entonces amante, Corinna Larsen —una visita tildada de extravagancia imperdonable en plena crisis económica de España.
“No puedo eludir referirme a ese asunto, porque tuvo un impacto desafortunado en mi reinado y en mi destino”, escribe.
Admite lamentar “amargamente” la relación, que, junto con una demanda posterior interpuesta por Larsen en su contra, lo dejó como un “hombre herido”.
Juan Carlos abdicó más tarde en 2014, cediendo el trono a Felipe.
El rey emérito también aborda una donación de cien millones de dólares del difunto rey Abdalá de Arabia Saudí —aceptarla fue un “grave error”, escribe.
Meses después de que el pago saliese a la luz en 2020, abandonó España hacia los Emiratos para no ser una distracción para Felipe.
Su esposa, la Reina Sofía, permaneció en España.
“Lamento profundamente que mi esposa no haya viajado aquí para verme”, escribe. “Sospecho que no quiere molestar a su hijo.”
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Tragedia infantil
“Reconciliación” profundiza en la solitaria infancia del futuro monarca, quien fue trasladado del hogar familiar en el exilio a España a la edad de diez años y acogido bajo la protección de Franco.
Relata su dolor por la muerte de su hermano menor Alfonso cuando ambos “jugaban” con una pistola siendo adolescentes en la casa familiar en Portugal en 1956 —un caso que nunca ha sido investigado plenamente.
“Habíamos sacado el cargador. No nos dimos cuenta de que quedaba una bala en la recámara. Un disparo al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano justo en la frente.”
Debray, quien se mudó a Abu Dabi y pasó dos años entrevistando al rey en francés para recopilar la memoria, la calificó de “bastante explícita” en sus confesiones.
“Dice públicamente que hay cosas de las que se arrepiente”, comentó a la AFP.
“Es realmente la Historia con mayúscula, pero descrita desde dentro, desde su punto de vista personal.”
Ahora, escribe Juan Carlos, desea “por encima de todo regresar a su hogar, a España” y sanar las relaciones con su hijo el rey.
“Espero ser enterrado allí con honores.”
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Rumores sobre el asunto Diana
En sus memorias, Juan Carlos también aborda los múltiples y persistentes rumores sobre aventuras extramatrimoniales, describiéndolos como “en su mayoría completamente ficticios”.
Esto incluye una presunta relación con la difunta Princesa Diana, la cual niega. En “Reconciliación”, el ex Rey describe a Diana como “fría, taciturna, distante, excepto en presencia de los paparazzi”.
Durante cuatro veranos consecutivos entre 1986 y 1990, el Palacio de Marivent en Mallorca fue escenario de un intenso escrutinio mediático cuando los entonces Príncipe y Princesa de Gales —ahora el Rey Carlos y la difunta Diana— se hospedaron allí por invitación de Juan Carlos y la Reina Sofía.
Informaciones de Vanity Fair España señalan que el rumor persistente comenzó a difundirse en 1992 tras la publicación del libro *Diana en privado: La princesa que nadie conoce*, en el que su autora, la biógrafa y aristócrata Lady Colin Campbell, afirmaba que durante aquellos veranos en Marivent, Diana convirtió a Juan Carlos en su “confidente”.
Artículo de Esther Sánchez y Toni Cerda, con contribuciones de Conor Faulkner de The Local.
